A menos de 100 días para que el régimen de Nicolás Maduro organice lo que hasta ahora se presenta como una nueva farsa electoral con los principales candidatos opositores impedidos de participar, algunos líderes regionales tradicionalmente aliados de la dictadura buscan distanciarse de la carga negativa que supone respaldar al chavismo o tratar de frenar nueva oleada de migración venezolana en sus países que anticipan ocurrirá si el régimen de Caracas logra su reelección este 28 de julio.
Un estudio reciente realizado por la firma Meganálisis revela datos preocupantes sobre la hipotética victoria de Maduro en los próximos comicios.
La encuesta destaca que 8 de cada 10 personas en Venezuela prefieren que el chavismo y Maduro no se mantengan en el poder durante un período adicional de seis años.
Además, subraya la preocupación sobre la falta de libertad de participación y ausencia de garantías electorales, con el 70% de los encuestados expresando dudas sobre la legitimidad del proceso comicial.
Este contexto sugiere un potencial incremento migratorio, ya que casi el 40% de la población, según Meganálisis, consideraría la posibilidad de emigrar si no se produce un cambio en las próximas votaciones, lo que equivaldría a un estimado de 8.9 millones de personas.
Sin embargo, el último estudio de opinión realizado por More Consulting revela que un candidato unitario respaldado por María Corina Machado tendría todas las posibilidades de derrotar a Maduro en las urnas con un 45,8% de la intención de voto.
Esta cifra contrasta significativamente con el apoyo registrado hacia el dictador caribeño, quien obtendría apenas un 21,6% en su intento de reelección.
Además, el estudio destaca que en caso de que Machado y la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) consigan consolidar un candidato único, hay un marcado aumento en la disposición a votar, con un 71,1% de los encuestados expresando su total seguridad de participar.
Previendo una posible derrota política del chavismo, el presidente de Colombia Gustavo Petro y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, propusieron llevar a cabo un plebiscito simultáneo con las elecciones presidenciales, como una estrategia para “garantizar la seguridad y los derechos políticos” del candidato perdedor.
Esta iniciativa buscaría facilitar una amnistía para los cabecillas del actual régimen en caso de un cambio de gobierno y comenzar una transición ordenada en Venezuela.
“Queremos transmitirle con el presidente Lula una propuesta que fue transmitida al presidente Maduro y a la oposición. Se trata de una posibilidad de plebiscito en las elecciones que se avecinan, que garantice un pacto democrático”, dijo Petro.
“Queremos garantizar para cualquiera que pierda en esas justas electorales certeza y seguridad sobre su vida, sobre sus derechos, sobre las garantías políticas que cualquier ser humano debe tener en su respectivo país”, agregó.
Sin embargo, esta postura, que indica un claro reconocimiento de la ausencia de Estado de derecho en Venezuela, también refleja el desconocimiento del mandatario colombiano de las leyes electorales del país caribeño, ya que en Venezuela la figura del “plebiscito” no está contemplada en la Constitución.
La propuesta de Petro ha sido descrita por diversos analistas como “ambigua” pero “conveniente”.
“Tanto Petro como Lula quieren que la situación de Venezuela se normalice lo más posible (…) A ningún país le conviene tener un vecino que está en inestabilidad política permanente, eso no es bueno”, señaló el analista internacional Iván Rojas en entrevista con el portal Voz de América, destacando la importancia de generar un ambiente de seguridad y certeza que beneficie a todas las partes involucradas en el conflicto político venezolano.
La viabilidad técnica de esta propuesta, según el periodista y director de votoscopio.com Eugenio Martínez, está condicionada a la definición de las preguntas y opciones de respuesta del referéndum que deben estar listas antes del 15 de mayo, para así cumplir con los requerimientos de auditoría del sistema electoral venezolano.
“Se trata de incluir simplemente una segunda pantalla de votación en las máquinas electorales y poner la pregunta y las dos opciones de respuesta: Sí o no”, dijo Martínez en conversación con el citado medio, lo que añade una capa de complejidad al ya desafiante proceso electoral venezolano.
Por su parte, la politóloga Ana Milagros Parra enfatizó la relevancia de que actores internacionales como Petro propongan mecanismos para enfrentar la crisis venezolana, “ya que están reconociendo de alguna manera que esta elección puede ser un problema dentro del país y regionalmente”.
El mandatario colombiano enfrenta intensas críticas tras su reciente reunión con el candidato venezolano Manuel Rosales durante su visita a Caracas el pasado 10 de abril, un hecho que ha generado controversia tanto en Colombia como en la comunidad internacional.
Este encuentro se produjo un día después de su reunión con Nicolás Maduro, lo cual ha sido interpretado por muchos como un apoyo implícito al régimen autoritario de Venezuela.
La senadora colombiana Paloma Valencia y el reconocido líder opositor venezolano Juan Guaidó cuestionaron el encuentro entre Petro, Maduro y Manuel Rosales.
Valencia aseguró que las acciones del líder colombiano buscan legitimar una oposición creada por la propia dictadura, mientras que Guaidó acusó al presidente colombiano de injerencia y de contribuir al reconocimiento del régimen.
“¿Ya vieron esto? Petro diciendo que se reunió con la oposición en Venezuela… la oposición que se inventó Maduro para decir que no está violentando a María Corina Machado”, expresó Valencia.
Guaidó, por su parte, aseguró que Petro desconoció el mandato del pueblo venezolano en las primarias al reunirse con candidatos aliados de Maduro.
“Usted se reunió con un dictador y desconoció deliberadamente a la candidata electa por los venezolanos. Sabemos que enfrentamos una dictadura y por eso inhabilitan, que lo haga un presidente es colaborar con a blanquear un régimen”, dijo Guaidó.