La sexsomnia es un trastorno del sueño que implica la realización de comportamientos sexuales mientras la persona está dormida. Algunos de los actos, según lo indican los expertos en el sueño, parten desde la emisión de sonidos, como gemidos sencillos, hasta actos de masturbación o relaciones sexuales sin que el paciente pueda tener un control consciente.
Según un estudio de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, esta práctica también es conocida como el sonambulismo sexual, pues la “sexsomnia es prácticamente igual que el sonambulismo”. Como trastorno del sueño, “lo padecen tanto los hombres como las mujeres, y la definición médica es el intento de realizar conductas sexuales de forma inapropiada (masturbación, violencia sexual o coito) sin ser conscientes de ello o incapaces de recordarlo al día siguiente”.
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Especialistas en trastornos del sueño han documentado numerosos casos, considerando a esta condición dentro del espectro de los parasomnios, o comportamientos anormales durante el descanso profundo. A pesar de su impacto significativo en la vida de quienes lo padecen, el diagnóstico y entendimiento completos de la sexsomnia aún presentan desafíos para la comunidad médica.
Casos reales
Un artículo de la reconocida revista académica Neurología, de la Sociedad Española de Neurología, destacó varios casos clínicamente comprobados, que fueron tratados.
“Tres varones y una mujer entre 28 y 43 años de edad referían conductas sexuales durante el sueño de entre 9 meses y 7 años de evolución. Consistían en la masturbación sin buscar la participación de la pareja, que dormía en la misma cama (2 casos), e intentar el coito con vigorosidad conductual y verbal inapropiada e inhabitual (3 casos)”, especificó el documento.
Según el estudio, que usó un sistema videopolisomnográfico de pacientes identificados en un centro médico especializado de Barcelona, “la frecuencia era variable entre 4 únicos episodios y 2-3 semanales. Los pacientes presentaban amnesia completa de los eventos y sorpresa cuando se les explicaba lo que habían hecho”.
Dentro de los antecedentes, estos pacientes habrían estado asociados con “sonambulismo (un caso), despertares confusos (2 casos) y somniloquia (un caso). Los registros polisomnográficos con vídeo no detectaron conductas sexuales pero registraron apneas (2 casos) y movimientos periódicos de las piernas (un caso). En el único paciente en que se probó clonacepam la frecuencia de la sexsomnia y los despertares confusos disminuyó”, se relató.
Algunos casos han sido catalogados como delictivos
Un artículo de la BBC, por su parte, reportó que un hombre británico fue acusado de violación por uno de estos episodios en un campamento de vacaciones, fue absuelto por las autoridades, luego de que el señalado alegara inocencia ante el padecimiento del trastorno.
Su defensa fue que, cuando estaba teniendo relaciones íntimas con una mujer ebria del campamento, él estaba dormido y “no tenía idea” de lo que estaba haciendo, como escribió el medio periodístico. El tribunal determinó que, en efecto, el sindicado sufría la patología.
De hecho, un docente de neurología del Hospital Nacional del Neurología y Neurocirugía en Londres le dijo al portal que es una situación “muy real”, identificada dentro de las parasomnias.
La sexsomnia, dentro de los trastornos de sueño
El especialista español Jaime Carbonell Casasús, citado por El Tiempo, señaló que existen más de cien trastornos del sueño, detrás de los cuales se esconde una complejidad de causas. Por ejemplo, algunas desencadenantes pueden ir desde problemas físicos, como el hipertiroidismo, hasta psicológicos como la ansiedad.
“Pueden deberse a varias causas, como enfermedades físicas o psicológicas, por ejemplo, hipertiroidimos o ansiedad. Además, puede incluso provocar otras patologías o problemas en la vida diaria como agotamiento, bajo rendimiento o somnolencia diurna”, dijo el médico.
Entre tanto, la comunidad científica parece no haber encontrado un motivo exacto para esta dificultad; sigue siendo una incógnita, aunque se la relaciona con otros trastornos del sueño como el sonambulismo y alteraciones del movimiento durante la fase REM.
No obstante, expertos apuntan a posibles factores de riesgo como el estrés, la fatiga, el uso de alcohol o drogas y ciertos trastornos psiquiátricos pueden actuar como desencadenantes de episodios de sexsomnia, o un cuadro clínico similar.
En línea con los casos observados por la Sociedad Española de Neurología, esta situación “puede coexistir con otras parasomnias, como sonambulismo y despertares confusos. Otros trastornos del sueño, como las apneas y los movimientos periódicos de las piernas, podrían desencadenar los episodios”. Durante un episodio de sexsomnia, la persona generalmente permanece dormida y no tiene conciencia ni control sobre sus acciones sexuales.
El proceso para diagnosticar este trastorno es especialmente complicado por la falta de consciencia de los afectados sobre sus comportamientos sexuales mientras duermen. De ahí la importancia de buscar ayuda profesional si dichos comportamientos se vuelven recurrentes o problemáticos, a través de la asistencia de un especialista en trastornos del sueño o un profesional de la salud mental. Las opciones de tratamiento incluyen desde terapia cognitivo-conductual hasta medicación y técnicas de gestión del estrés, dependiendo de la severidad y causa subyacente del trastorno.