En su más reciente libro La historia secreta: AMLO y el Cártel de Sinaloa, Anabel Hernández retomó la entrevista que realizó en octubre del año pasado a Dámaso López Serrano, alias ‘El Mini Lic’, un exoperador del Cártel de Sinaloa que se convirtió en testigo colaborador del Gobierno de Estados Unidos (EEUU).
La investigación periodística expone, por una parte, el presunto financiamiento que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) —actual presidente de México—, recibió por parte del Cártel de Sinaloa en sus campañas presidenciales de 2006, 2012 y 2018. Pero también da detalles sobre la vida de la nueva generación de narcotraficantes que trabajaron (o trabajan) para dicha organización criminal.
‘El Mini Lic’ nació en noviembre de 1987 en Sinaloa. Su padre es Dámaso López Núñez, alias ‘El Licenciado’, quien en su momento fue uno de los colaboradores más cercanos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Según su propio testimonio, fue en el 2005, a la edad de 18 años, cuando se unió a las filas del Cártel de Sinaloa. Sin embargo, ese no era el plan principal que ‘El Mini Lic’ tenía en la adolescencia, ya que él quería estudiar una carrera profesional.
Según la información presentada en el libro de Anabel Hernández, lo primero que Dámaso quiso ser fue piloto. En un principio estudió la carrera de aviación, pues recuerda que en una ocasión su padre lo llevó a la escuela primaria en un helicóptero de la Policía Judicial, corporación donde se desempeñaba, episodio que marcó su infancia.
Aunque se desconoce el tiempo y la escuela donde ‘El Mini Lic’ realizó sus estudios de aviación, finalmente optó por dejarla. Para ese entonces ya tenía en mente la idea de adentrarse en el ámbito del narcotráfico al igual que su padre, por lo que el Cártel del Sinaloa representaba una posible vía para ello. Pero antes de unirse a la organización, tuvo que estudiar una licenciatura en comercio, que tampoco finalizó.
“Dejó la escuela de aviación inconclusa y cuando regresó a Culiacán sus padres le hicieron entrar a la universidad y comenzó la carrera de comercio internacional, pero no la concluyó. Tenía en mente una sola cosa: entrar al narcotráfico”, apunta Anabel Hernández.
Para evitar que se involucrara en actividades criminales, el padre de ‘El Mini Lic’ lo envió a Canadá, donde conoció a una porrista a quien embarazó. En sus viajes a Culiacán, Dámaso reafirmaba sus ganas de ser un narcotraficante, hasta que finalmente llegó el 2005 y, con ello, la oportunidad de unirse al Cártel de Sinaloa.
Una vez dentro de la organización, ‘El Mini Lic’ comenzó a ascender rápidamente, al grado de estar en reuniones con Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Su relación con ‘El Chapo’ Guzmán también fue cercana, pues incluso el capo sinaloense fue su padrino de bodas.
Conforme pasaba el tiempo, los Dámaso empezaron a tener diferencias con los hijos de ‘El Chapo’. Su relación se rompió previo a la captura de ‘El Licenciado’, realizada en mayo de 2017 en la Ciudad de México.
Ante esa situación, ‘El Mini Lic’ optó por entregase a las autoridades de EEUU en la entrada oeste de Calexico, California. En 2018 se declaró culpable por cargos relacionados con el narcotráfico. Luego de permanecer cinco años tras las rejas, Dámaso logró obtener una libertad condicionada gracias a su cooperación con la justicia estadounidense.