Ariel “Guille” Cantero pasó una larga temporada reclamando por supuestas restricciones que lo dejaban incomunicado en prisión. Sus allegados llegaron a asegurar que, en noviembre de 2022, se cosió la boca a modo de protesta debido a que se sentía “morir lentamente” al verse aislado. Concretamente, el narco se quejaba, en ese momento, de estar sometido a un régimen más estricto que su archirrival, Esteban Alvarado, que le dificultaba darle directivas a sus laderos.
Pese a las quejas del narco, las evidencias que presentaron el fiscal Sebastián Basso y la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, demuestran que el líder de Los Monos nunca dejó de dar órdenes a su organización con el fin de mantener el dominio territorial de diferentes zonas de la ciudad de Rosario, Villa Gobernador Gálvez y San Lorenzo. ¿El objetivo? Obtener considerables sumas de dinero.
A días de su cumpleaños número 36, fue procesado por el juez federal de Morón, Jorge Rodríguez. Además, lo embargaron por $50.000.000. La medida judicial se sumó a su largo derrotero delictivo: suma un total de 113 años de prisión y 8 meses en condenas, entre distintas causas tanto en el fuero federal como en el provincial, por narcotráfico, asociación ilícita, balaceras, homicidios, extorsiones, un secuestro extorsivo y amenazas.
Casualmente -o no- la investigación se inició con motivo de un hecho violento ligado a las exigencias tumberas de “Guille”. Ocurrió el 13 de noviembre de 2022, cuando 12 disparos impactaron en la garita de control de un predio en construcción lindero al Complejo Penitenciario Federal II Marcos Paz.
Ese suceso está vinculado con el video publicado por la señal de noticias C5N, por medio del cual se vio a ciertos integrantes de la banda criminal conocida como “Los Monos” que, además de exhibir armas de fuego, sostenían un cartel que rezaba: “Dejen de verduguear a Guille Cantero o vamos a matar a los del Servicio Penitenciario. Con la mafia no se jode”.
Tras ese episodio y atentados a jefes del servicio penitenciario, los investigadores intervinieron el celular de su esposa, Vanesa Barrios, el que usaba el capo, el teléfono público del pabellón y el aparato que el SPF había instalado en su celda, con el visto bueno de la ex interventora María Laura Garrigós.
De esta manera, mientras continuaban las amenazas al personal jerárquico del SPF, pudieron escuchar al narco dar su opinión, desde su lugar de líder, sobre el homicidio de Lorenzo “Jimy” Altamirano. El músico fue secuestrado “al voleo” y asesinado frente al estadio de Newell´s, el 1 de febrero de 2023, en medio de una interna entre facciones de Los Monos por el manejo de la barra.
Ante el endurecimiento de las restricciones y ser al catalogado un preso de alto perfil, se le impuso un sistema de “sábanas de llamadas”, con el que solo habilitaba la interacción en sentido saliente con determinados abonados previamente declarados, y cuyo vínculo afectivo, familiar o de defensa fuera corroborado por el Servicio Penitenciario.
Los fiscales descubrieron cómo el narco logró -nuevamente- sortear los controles: notaron que utilizaba a su hija Triana, a punto de cumplir 19 años, para triangular llamadas y, de esta manera, seguir al frente de la banda rosarina. Mediante un chat, coordinaba para conectarse durante determinado horario con sus cómplices. Su pareja también colaboró en esta tarea. Cuando ambas quedaron detenidas, usó a Débora Soledad Rivas alias “Gorda” o “Gorda Sole”.
Ante la restricción de las visitas, intentó engañar al Servicio Penitenciario Federal (SPF) al declararse bisexual para enviar, a través de dos integrantes de la banda, sus mensajes al exterior.
En enero de 2023, los investigadores escucharon conversaciones en las que Guille aconseja a otros miembros de la banda narcocrminal presos sobre el modo en el que deben ocultar los dispositivos intramuros para que no sean hallados:
“… vos tenés que tener otro Moncho por ahí siempre guardado dos o tres tirados por ahí boludo tenés que llevarte… agarra unos pedazos de carne, congelalos re bien, pero bien congelados y mételo ahí adentro… si sabes lo que tienen que renegar ellos para descongelarte un coso, tienen que ir con un martillo monchito y darte martillazos darle…”
La medida impuesta por Rodríguez también alcanzó a su sobrino, Luciano “Lucho” Cantero, quien usó a su hermana menor de edad para triangular las llamadas. Además, al hijo del “Pájaro” Cantero se le secuestró un celular Iphone en el que encontraron imágenes de armas, a un chico con un fajo de dólares en la mano y un mini celular que pretendía usar en prisión.
El líder de la nueva generación de Los Monos, según pudieron comprobar los investigadores, obraba bajo la supervisión de su tío, quien se quedaba con una parte de la ganancia generada por el joven de 18 años dentro y fuera de la prisión.