Los tours de compras en el exterior volvieron a estar de moda. Aunque muchos se aventuraron a Chile en búsqueda de productos electrónicos baratos, otro destino volvió a estar en el radar de los empresarios argentinos: China. Decenas de ellos viajaron en estas últimas semanas a la gigantesca feria de Cantón, considerada la más grande del mundo y una verdadera meca para los importadores.
Quienes asistieron a este megaevento comercial (que en realidad tiene lugar varias veces al año y a principios de mayo estuvo dedicada al rubro textil) se sorprendieron por la cantidad de colegas, competidores y proveedores argentinos que recorrían los pasillos entre miles de puestos. El objetivo de todos es el mismo: acelerar la compra de productos chinos y dejar todo listo para traerlos a la Argentina ni bien las condiciones económicas lo permitan.
“La mayoría no veníamos a China desde 2019. Después vino la pandemia y más adelante las restricciones para importar. Ahora es el momento de retomar los contactos con proveedores que en alguna medida se habían perdido”, explicó un empresario del rubro textil.
Nueva ola importadora
Una nueva ola de importaciones está a la vuelta de la esquina. No hay una sola razón, sino que son muchas las que confluyen para ocurra. En primer lugar, fue el propio Gobierno quien anunció que ya no habría que pedir permiso para entrar productos del exterior. A los pocos días de asumir Javier Milei, se decidió dar de baja el nefasto esquema SIRA de permisos de importación. El esquema utilizado durante la última gestión kirchnerista habría sido uno de los principales vehículos de corrupción y recaudación del gobierno anterior. La Justicia por ahora no avanzó con sus investigaciones.
Después de cinco años las empresas volvieron a mirar a China como gran proveedor de importaciones. La pandemia había suspendido los viajes y las trabas impuestas por el kirchnerismo habían generado complicaciones. La señal de mayor apertura y el dólar barato hacen más conveniente traer productos terminados que ensamblar localmente
En la práctica, las importaciones siguen relativamente trabadas. Las empresas deben pagarle a sus proveedores en cuatro cuotas mensuales, pero no siempre es fácil conseguir esa financiación. Desde mediados de abril ya se flexibilizó el esquema exclusivamente para PYMES, que pueden girar el 100% de los fondos a los 30 días.
Además de la decisión del Gobierno de favorecer la apertura comercial, existen otras causas con el abaratamiento del tipo de cambio. Este fenómeno desalienta a los exportadores pero la contracara es que abarata el ingreso de mercadería del exterior.
Las cadenas minoristas que venden electrodomésticos, artículos del hogar, muebles, colchones y otros productos también tomaron nota del nuevo escenario. La mayoría ya está pensando en un “mix” de compra de productos nacionales e importados. No solo compran más barato afuera, sino que además les sirve para presionar a los fabricantes locales para que bajen los precios y vuelvan a ofrecer opciones atractivas de financiación.
Alimentos
Sumado a esto, el Gobierno también avanzó con la rebaja de aranceles de alimentos para acelerar la baja de precios, pero ahora también agregó a heladoras, lavarropas e insumos plásticos.
En la Unión Industrial Argentina encendieron todas las luces de alarma ante un panorama que claramente perjudica a los intereses de las empresas que la conforman. Luego de la reunión de Junta Directiva de esta semana, la entidad señaló que no es el momento de reducir los aranceles y favorecer a las importaciones. “Esto debería darse en sintonía con mejoras en la macroeconomía, bajas de la presión impositiva y recuperación de la actividad económica”, haciendo referencia además a la “competencia desleal de Asia”.
El sector enfrenta la tormenta perfecta. Mientras las ventas de algunos sectores como autos y motos empezó a repuntar en abril respecto a marzo, la industria siguió mostrando fuertes caídas (6,3%). Esto se explica por la disminución de ventas, pero además por la gran acumulación de stocks que se produjo el año pasado, ante la búsqueda de protección ante la devaluación que se avecinaba y finalmente ocurrió en diciembre. Los galpones están repletos de mercadería que seguramente no se llegue a vender ni siquiera durante todo el 2024.
La industria argentina atraviesa una verdadera tormenta perfecta. No solo deberá ponerse a competir con productos importados que cuestan mucho menos, sino que además las empresas que compran tiene mucho stock acumulado del año pasado y llegan hasta 2025 con tranquilidad. Es esperable que la niveles de actividad en el sector se sigan derrumbando en los próximos meses
El propio Javier Milei había reconocido la semana pasada que la Argentina se encareció en dólares. Pero lo consideró como una cuestión lógica teniendo en cuenta el superávit fiscal alcanzado en los primeros meses del año, la baja de la inflación y las mejores expectativas. El Presidente descartó de plano un aumento en el ritmo de ajuste mensual del dólar oficial (2%) y reconoció que para ganar competitividad es necesario bajar la carga impositiva de las empresas, en alguna medida la misma postura de la UIA.
Mientras se espera que se consolide el repunte, luego de algunos datos positivos que se conocieron en abril, la inflación continúa en plena tendencia a la baja. El índice divulgado por la ciudad de Buenos Aires arrojó. 9,8% el mes pasado, pero en alimentos fue mucho más fuerte la desaceleración, hasta 5,1%.
El relevamiento semanal de Econométrica, cuyo director es Ramiro Castiñeira, midió 1,2% de suba en el rubro alimentos en la primera semana de mayo, pero un acumulado de apenas 3% en las últimas cuatro semanas. La desaceleración inflacionaria ya sorprende por su rapidez, aunque algunos creen -como es el caso de Domingo Cavallo– que será difícil perforar el piso de 5% mensual.
La reducción de la inflación y el excedente de liquidez de los bancos (que ahora ya no tienen tanta demanda de financiamiento de parte del Estado) está acelerando los tiempos de reaparición del crédito. Un claro ejemplo de esto está relacionado con las nuevas líneas de préstamos hipotecarios que salieron a ofrecer tanto entidades públicas como privadas. Se espera que se consolide el repunte que ya estaba viviendo el sector inmobiliario desde principios de año. También sería lógico que aumente el valor del metro cuadrado en dólares ante la mayor demanda de inmuebles.
El dato más favorable que puede seguir mostrando el Gobierno es la caída de la inflación, con alimentos que ya estarían subiendo a un ritmo de solo 3% por mes. Por ahora los salarios no repuntan. En marzo aumentaron menos que los precios, pero es esperable que esto cambie a partir de la divulgación de los números de abril
El Hot Sale también llegará con fuertes descuentos para incentivar la demanda, algo que diferenciará claramente esta propuesta de compras on line en relación a la que efectuó el año pasado. Pero sobre todo marcará además la reaparición del crédito para comprar, a través de 12 y hasta 18 cuotas sin interés en muchas de las promociones. Se trata de un producto favorito de los argentinos que había desaparecido en medio de la incertidumbre y el fuerte salto inflacionario.
El rebote del riesgo país es posiblemente el dato que más preocupa desde lo financiero y marca un freno en la tendencia a la baja de los últimos meses. El camino para el regreso de la Argentina a los mercados financieros está todavía lleno de obstáculos.
Ley Bases
Las dificultades que enfrenta el Gobierno para la aprobación de la ley Bases en el Senado indudablemente son un llamado de atención para los inversores, que se entusiasmaron por la media sanción en Diputados. Pero a esta altura ya parece un hecho que el proyecto podría sufrir no una, sino varias modificaciones en la Cámara Alta, obligando a que regrese a Diputados. Este ruido que llega de la política no es indiferente para los inversores.
Pero al Gobierno le aparecieron una serie de conflictos más allá del enfrentamiento con los sindicatos por el paro general del jueves. Además sigue las peleas con las prepagas, los industriales ya empiezan a plantear objeciones al “modelo” y las empresas de energía objetaron el pago en bonos al 2038 que quiere hacer el Gobierno para cancelar la deuda de Cammesa.
El gobierno sigue la pelea con las prepagas, los industriales le plantean objeciones al “Modelo” y las empresas de energía objetaron el pago en bonos
El último informe de humor político y social que elaboró la consultora D’Alessio-Berensztein también marcó algunos cambios de tendencia preocupantes para el Gobierno.en abril. Por lo pronto, subió 7 puntos la cantidad de gente que piensa que en un año la economía estará peor que ahora.
Pero hay otro dato sobre la imagen de dirigentes políticos que no pasó desapercibido por el mundo empresario: la imagen positiva de Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, creció fuertemente en la última medición, pasando de 31% a 37%. Si bien tiene una imagen negativa muy alta, en solo un mes cayó ocho puntos del 64% al 56%, Así se consolida como el dirigente opositor con más posibilidades de enfrentar al Gobierno, lo que además explicaría la distancia que viene tomando tanto de La Cámpora como de la propia “madre política”, Cristina Kirchner.