(José Méndez/ Mario Guzmán/)
El periodista Carlos Loret de Mola, en su columna Historias de reportero de este martes, titulada Encuestas: qué dicen “los clásicos”, dice que en la elección presidencial, las encuestas son tan dispares que hay una que da 40 puntos de ventaja a Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez, y otra que marca una diferencia de cero entre ambas candidatas.
O sea, hay una que habla de una “paliza inconmensurable” y otra de un empate “con final de fotografía”.
En medio de ese rango del 0 al 40, explica, existe una diferencia para todos los gustos: de un dígito, de dos decenas, en los 30s, pero en el abanico de encuestas hay muchas empresas desconocidas y otras recientemente creadas.
Por ello, dijo Loret, vale la pena ver qué dicen “los clásicos”, que son las casas encuestadoras que llevan publicando encuestas desde hace veinte años. Explica que si con los datos que hay en los portales que las comparan, se separan a “los clásicos” del resto de las encuestas, casi todos marcan una ventaja que ronda los 23 puntos a favor de Sheinbaum.
(Mario Guzmán/)
“Mitofsky (Roy Campos) y Covarrubias dicen 29, Berumen e Indemerc 25, Reforma y Parametría 24, Buendía & Márquez traen 23, Alejandro Moreno en El Financiero pone 18, y GEA-ISA 17 en sus preferencias efectivas. Entre la más alta y la más baja hay sólo doce puntos de diferencia. Esto quiere decir que 9 de las casas encuestadoras “clásicas” no están tan separadas como el concierto de todos los estudios de opinión”.
Solamente dos “clásicas” salen de este margen de 6 puntos alrededor de la ventaja de 23: Mendoza que tiene 31 y Demotecnia (De las Heras) con 37.
En su opinión, Loret señala que la polarización que ha caracterizado este proceso electoral ha contagiado la lectura de las encuestas. Y es que los morenistas, que antes descalificaban a las casas encuestadoras, ahora creen ciegamente en ellas. El primero en confiar fue el Presidente López Obrador, luego Sheinbaum, candidata del oficialismo a la presidencia, el dirigente del partido, los demás aspirantes, y los propagandistas del oficialismo han abandonado la argumentación de campaña y se atrincheran en presumir que van arriba en las encuestas, y que la elección del próximo 2 de junio “es mero trámite”.
Al contrario, la oposición descalifica lo todo el abanico de las encuestas y solo “se agarran” de sólo un par, que son las que hablan de una contienda cerrada.
Por eso piensa Loret de Mola que el gremio de los encuestadores se juega mucho en este proceso electoral. “Puede ser un parteaguas para la industria. Estarán publicando sus últimas “fotografías” dentro de un par de semanas. Y esas servirán para evaluar su desempeño y el papel político que irremediablemente jugaron en la narrativa de las campañas. Tienen una actividad profesional, una actividad económica y un nombre qué defender. Será una más de las aristas a atender la noche del 2 de junio”, concluye.
