Como un paso fundamental para conocer la verdad calificó el exvicepresidente, exministro y exsenador de la República Germán Vargas Lleras la decisión de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de acreditarlo como víctima del conflicto armado en Colombia. Lo anterior, como parte del proceso que adelanta el tribunal transicional por crímenes no amnistiables cometidos por las extintas Farc en el territorio nacional.
Desde Neiva, el exfuncionario del gobierno de Juan Manuel Santos, que además fue candidato a la presidencia en 2010 y 2018, se manifestó en relación con la determinación del tribunal, que reseñó los atentados que sufrió el hoy líder del partido Cambio Radical, el 13 de diciembre de 2002, y el 10 de octubre de 2005, ambos en Bogotá; y en el primero de ellos producto de un “libro bomba” que le quitó dos de sus dedos.
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“Celebro que la JEP me reconozca como víctima, no porque esté pensando en cobrar ni un peso en materia de indemnización, lo único que me interesa es conocer la verdad de lo ocurrido”, afirmó Vargas Lleras en su caso. Al punto que afirmó que desde hace más de 20 años que viene reclamando a las autoridades judiciales que le esclarezcan “qué pasó” en ambas ocasiones en las que su vida estuvo en serio riesgo.
El político bogotano de 62 años, que comenzó su trasegar como miembro del movimiento Nuevo Liberalismo, fundado por el asesinado exaspirante a la presidencia Luis Carlos Galán Sarmiento, tendrá la facultad de entregar su testimonio ante la JEP, en lo que respecta a estos ataques; durante la época más sanguinaria de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Los atentados que marcaron la vida de Germán Vargas Lleras
El primero de los ataques de los que fue víctima el veterano político se produjo cuando Vargas Lleras se encontraba en su oficina en el Congreso y recibió un libro, que no parecía despertar sospecha alguna. En el momento en el que quiso ojearlo, este detonó y le causó al líder de Cambio Radical graves lesiones en su mano izquierda: perdió dos dedos, y uno más quedó afectado.
Desde entonces, el exvicepresidente usa una especie de guante, con el que oculta parte de su extremidad superior, que quedó casi destruida. En diferentes oportunidades, se ha referido a este ataque como algo que marcó su vida, pues todo se produjo cuando vio unos regalos de Navidad sobre su escritorio, entre ellos un libro grueso de Ana Mercedes Hoyos, que confesó resultó ser su tabla de salvación. “Y, debajo del mismo, una agenda cuyo remitente era mi mujer, Luz María Zapata”, contó a Soho, lo que le generó cierta sospecha.
“Luego cogí la agenda. Ya no me acuerdo de qué color era ni cómo venía empacada, solo sé que me causó curiosidad el hecho de que Luz María me enviara un regalo a la oficina. Y cuál sería mi sorpresa cuando la abro y ¡pum!, explota entre mis manos”, destacó en este diálogo.
En desarrollo…
