La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum y altamente contagiosa,que puede causar complicaciones graves si no se trata. Sus síntomas varían entre hombres y mujeres y a través de sus diferentes etapas: primaria, secundaria, latente y terciaria, como explica la Clínica Mayo.
En la etapa primaria, los síntomas de la sífilis en ambos géneros comienzan con la manifestación de un chancro, que es una úlcera redonda y firme, generalmente indolora, que aparece en el lugar donde la bacteria ingresó al cuerpo, es decir, en los genitales, el recto, el labio o dentro de la boca. Debido a su naturaleza indolora y su ubicación a menudo oculta, puede pasar desapercibido, especialmente en las mujeres. En ellas, los chancros pueden aparecer en la vagina o en el cuello uterino, lo que hace que sean difíciles de detectar sin un examen médico.
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En la etapa secundaria, ambos géneros también comparten varios signos. La erupción característica de la sífilis secundaria puede desarrollarse mientras el chancro está cicatrizando o varias semanas después y suele aparecer en las palmas de las manos y las plantas de los pies, pero puede extenderse a otras áreas del cuerpo. Por lo general, no produce picor y puede ser áspera y de color marrón rojizo. También pueden aparecer lesiones similares a verrugas en la boca, el área genital o el recto, así como otros signos: fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de garganta, pérdida de cabello en parches, dolores de cabeza, pérdida de peso, dolores musculares y fatiga.
En la etapa terciaria, hombres y mujeres experimentan complicaciones graves. La sífilis terciaria puede ocurrir años después de la infección inicial y puede causar daños severos a varios órganos, incluyendo el corazón, el cerebro, el hígado, los huesos y las articulaciones. Los síntomas incluyen problemas neurológicos (parálisis, demencia, ceguera gradual), problemas cardiovasculares (aneurismas, inflamación de los vasos sanguíneos), y lesiones en la piel, huesos y órganos internos.
Diferencias en los síntomas entre hombres y mujeres
Aunque muchos de los síntomas de la sífilis son similares en hombres y mujeres, hay diferencias notables en cómo se manifiestan y se detectan debido a las diferencias anatómicas y de género. En los hombres, los chancros son más visibles y generalmente aparecen en el pene o alrededor del área anal, lo que facilita su detección temprana. La visibilidad y localización de los chancros a menudo llevan a una consulta médica más rápida.
En las mujeres, los chancros pueden desarrollarse dentro de la vagina o en el cuello uterino, lo que los hace más difíciles de detectar sin un examen médico. La ubicación interna de los chancros puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento, aumentando el riesgo de complicaciones.
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Las mujeres embarazadas pueden transmitir la sífilis a su bebé, lo que puede causar sífilis congénita. Esta condición puede resultar en aborto espontáneo, muerte fetal o complicaciones graves en el recién nacido, como deformidades, retraso en el desarrollo o convulsiones.
Diagnóstico y tratamiento de la sífilis
El diagnóstico de la sífilis se realiza a través de análisis de sangre, pruebas de líquido cerebroespinal o la observación directa de la bacteria bajo un microscopio en muestras tomadas de lesiones. Es fundamental que tanto hombres como mujeres se realicen pruebas de detección regularmente si están en riesgo de contraer ITS, ya que la sífilis puede no presentar síntomas evidentes durante las etapas tempranas y latentes.
El tratamiento de la sífilis es relativamente simple y eficaz si se detecta a tiempo. La penicilina, un antibiótico, es el tratamiento más común y eficaz. En pacientes alérgicos a la penicilina, pueden utilizarse otros antibióticos. Es crucial seguir el tratamiento completo y evitar las relaciones sexuales hasta que las pruebas indiquen que la infección ha sido completamente erradicada.
La prevención de la sífilis implica prácticas sexuales seguras, incluyendo el uso de preservativos y barreras dentales, y la realización de pruebas de ITS regularmente. La educación y la comunicación abierta con las parejas sexuales sobre el estado de salud también son esenciales para prevenir la propagación de la sífilis y otras ITS.