La importancia de qué haces con lo que sabes supera notablemente a simple hecho de a quién conoces, según indican recientes estudios de la neurociencia. El aprendizaje rápido y la retención efectiva se han convertido en verdaderas superpotencias empresariales, clave para destacar en un entorno altamente competitivo.
Basado en la neurociencia, aquí 6 formas sencillas y eficaces para que el cerebro del ser humano pueda aprender más rápido y retener más información. Esta lista de procesos han sido testeados en diferentes personas las cuales han incrementado sus porcentajes de acierto al retener nuevos datos y han tenido un aprendizaje mucho más elevado.
La rapidez con la que aprendemos y la efectividad con la que retenemos información son aspectos cruciales en cualquier proceso educativo. A continuación, te presentamos seis estrategias basadas en investigaciones científicas que te ayudarán a optimizar tu aprendizaje.
6 formas sencillas de aprender según la neurociencia
Aprender varias cosas a la vez
El proceso conocido como intercalado consiste en estudiar conceptos o habilidades relacionadas de forma paralela, en lugar de centrarse en una sola materia durante una sesión de aprendizaje. Según un estudio publicado en la revista Educational Psychology Review, esta técnica puede mejorar tu capacidad para diferenciar entre conceptos o habilidades. Al intercalar varias habilidades, obligas a tu cerebro a adaptarse y ajustarse constantemente, lo que lleva a una comprensión más profunda y menos automática.
Variar frecuentemente la forma en que se estudias
Repetir una tarea de la misma manera una y otra vez puede no ser tan efectivo. Un estudio de Johns Hopkins Medicine sugiere que practicar versiones ligeramente modificadas de una tarea ayuda a aprender más rápido. Este efecto se conoce como reconsolidación, un proceso en el que los recuerdos existentes se modifican con nuevos conocimientos. Por ejemplo, si estás practicando una presentación, varía la velocidad o las condiciones de práctica, como usar diferentes equipos o dividir la presentación en partes más pequeñas. Este enfoque flexible mejora la retención y prepara mejor para imprevistos.
Poner a prueba constantemente los conocimientos
Autoevaluarte es una manera extremadamente efectiva de acelerar el proceso de aprendizaje, como lo muestra un estudio en Psychological Science in the Public Interest. Al ponerte a prueba y cometer errores, no solo es más probable que recuerdes las respuestas correctas cuando las investigues, sino que también recordarás que no las sabías. Esta técnica te ayuda a identificar áreas de mejora y a reforzar tu confianza en lo que ya conoces.
Repitir en voz alta lo que se quiere recordar
Aunque ensayar mentalmente es útil, hacerlo en voz alta es aún más eficaz. Según una investigación publicada en Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition, el acto de pronunciar palabras en voz alta mejora significativamente la memoria. Esta técnica activa un mecanismo que hace que las palabras sean más distintas y memorables en el almacenamiento a largo plazo. Por lo tanto, si necesitas recordar algo importante, repítelo en voz alta para mejorar tu retención.
Tomar descansos frecuentemente
Después de trabajar intensamente en una tarea, es crucial tomar descansos. Un estudio en Psychological Science demuestra que la práctica distribuida es más efectiva que el estudio intensivo. Cada vez que intentas recuperar algo de la memoria, el acto de recuperación fortalece la memoria y la hace más difícil de olvidar. Espaciar las sesiones de estudio permite que la memoria se consolide y se codifique mejor en el contexto, creando más pistas útiles para su recuperación.
Dormir lo suficiente
Un estudio de 2016 en Psychological Science revela que las personas que estudian antes de dormir y luego revisan la información al día siguiente no solo pasan menos tiempo estudiando, sino que también retienen mejor la información a largo plazo. Esto se debe al fenómeno conocido como consolidación de la memoria dependiente del sueño, que ayuda a procesar y organizar lo aprendido durante el sueño. Por lo tanto, dormir entre sesiones de estudio es una estrategia altamente efectiva para mejorar la retención.
Utilizar estas seis estrategias te permitirá aprender de manera más rápida y eficiente, maximizando tu capacidad para retener información a largo plazo.