Warren Buffett, reconocido inversor y CEO de Berkshire Hathaway, ha confiado siempre en gerentes capaces y seguros para dirigir sus múltiples negocios. Sin embargo, incluso para un titán en el mundo de las empresas, puede ser un desafío crucial juzgar quién es digno de aportar por su determinación y herramientas en el liderazgo, y quién no.
En su carta anual de 1989 a los accionistas de Berkshire Hathaway, Buffett, a menudo llamado “El Oráculo de Omaha”, destacó una regla personal que atribuye a gran parte de su éxito. El famoso inversor dijo: “Después de algunos otros errores, aprendí a hacer negocios solo con personas que me gustan, en quienes confío y admiro. Nunca hemos logrado hacer un buen negocio con una mala persona”.
Señal de un ‘mal’ gerente
Buffett ha dado muchas pistas a lo largo de los años sobre el tipo de gerentes que consideraría “malos” y no dignos de confianza. En la era digital, juzgar el carácter de una persona se ha vuelto aún más complicado. Pero aun así, para Buffett, es fundamental evitar a un gerente que no lidera con integridad.
La integridad es un aspecto innegociable en la práctica empresarial de Buffett, quien promete contratar solo a personas que la posean. Esto es lo que dijo: “Buscamos inteligencia, buscamos iniciativa o energía, y buscamos integridad. Y si no tienen esto último, los dos primeros te matarán, porque si vas a tener a alguien sin integridad, los querrías perezosos y tontos”.
Buffett sostiene que si una persona carece de integridad, sería preferible tener a alguien “perezoso y tonto”. Los líderes senior pueden encontrar gerentes egocéntricos que manipulan a otros para su propio beneficio, en lugar de ser jugadores de equipo que sirven a la misión de la organización. Los líderes senior y ejecutivos deben estar atentos a estos comportamientos y promover una cultura que valore el trabajo arduo junto con la honestidad y la integridad.
Tipos de líderes
En el amplio espectro de liderazgo, se pueden identificar varios tipos de líderes. A continuación, se exploran algunos de los más comunes y sus características:
- El líder autoritario: toma decisiones de manera unilateral y espera que los demás sigan sus instrucciones. Este tipo de liderazgo puede ser efectivo en situaciones de crisis o cuando se requiere una acción rápida. Sin embargo, puede llevar a una disminución de la moral y la creatividad entre los empleados.
- El líder democrático: fomenta la participación de todos los miembros del equipo en la toma de decisiones. Valora las opiniones y sugerencias de los empleados, lo que puede aumentar la moral y la cohesión del equipo. No obstante, la toma de decisiones puede ser más lenta y a veces menos eficiente.
- El líder laissez-faire: otorga a los empleados una gran libertad para tomar sus propias decisiones. Este estilo puede funcionar bien en equipos altamente cualificados y autónomos, pero puede llevar a la falta de dirección y de coordinación en organizaciones menos disciplinadas.
- El líder transformacional: inspira y motiva a los empleados para alcanzar su máximo potencial y trabajar hacia objetivos ambiciosos. El líder transformacional promueve la innovación y el cambio positivo dentro de la organización.
- El líder transaccional: se centra en el intercambio de recompensas por rendimiento. Utiliza incentivos y sanciones para gestionar a los empleados, lo cual puede ser efectivo en situaciones donde el cumplimiento de los estándares es esencial.
La integridad como clave del éxito
El énfasis de Buffett en la integridad no es solo una postura moral; tiene implicaciones de gran alcance para la toma de decisiones y el éxito a largo plazo. Cree que cuando los líderes y empleados de una empresa operan con integridad, es más probable que tomen decisiones que beneficien a la organización en su conjunto, en lugar de perseguir ganancias a corto plazo o participar en prácticas poco éticas.
Buffett afirma que la integridad es el pilar sobre el cual se construyen las relaciones y se mantiene la confianza en los negocios. Una cultura empresarial que valora la integridad también tiende a ser más resistente a las crisis y puede adaptarse mejor a los cambios en el mercado.