Hace un año y medio Juan Musso vivió una gran frustración al haberse quedado afuera del Mundial Qatar 2022, pero como hincha celebró la consagración de sus compañeros. Hoy el arquero bonaerense de 30 años nacido en San Nicolás y formado en Racing, se reivindicó a lo grande al ganar la Europa League con el Atalanta que goleó 3-0 al Bayern Leverkusen.
A mediados de septiembre de 2022 sufrió la fractura en el maxilar derecho y esto lo marginó en la consideración del entrenador Lionel Scaloni, quien se decidió para el rol de tercer arquero por Gerónimo Rulli, ya que Franco Armani estaba asegurado detrás del titular, Emiliano “Dibu” Martínez.
Musso quedó en la lista de reserva, pero vio la Copa del Mundo desde afuera. Este miércoles luego de la consagración del equipo de Bérgamo, se refirió a aquel momento y afirmó que está listo para recibir un llamado, pese a que tampoco fue incluido en la última lista que dio Scaloni.
“No hablé con Scaloni. Ellos saben que estoy preparado y que siempre quiero estar. Se los he hecho saber siempre cada vez que me lo preguntaron. Muchas veces no he estado y estuve en la tribuna. La Selección es mi prioridad. Para mí es mi sueño más grande”, sostuvo en diálogo con ESPN luego de celebrar con su mujer y su hijo en el campo de juego.
“Me tocó estar en la Copa América que ganamos y que fue histórica. Fui feliz cuando ganaron el Mundial porque es un gran grupo. Me siento parte y sé que es una cuestión de tiempo”, agregó.
“Pasaron cosas que quedaron atrás y sé que en cualquier momento volveré. Antes del Mundial tuve una lesión, pasó un momento que estuve un tiempo sin jugar y hoy estoy en el mejor momento de mi carrera y me siento listo para el llamado en cualquier momento”, sentenció.
Sobre su etapa en las selecciones juveniles, recordó que “a los 14 años el Negro Enrique me paró la primera vez porque yo quería irme y cuando pasamos a la Sub 17 después del Sudamericano me tocó el Tata Brown y les dije a él y al Checho (Batista) que necesitaba tomarme un año para desconectar un poco, estar con mis amigos, divertirme, y ese año fue el que me empujó a ir más en serio en mi carrera. A los 14 y 15 años éramos muy chicos y me costaba seguir las reglas de la pensión, pero ese año me hizo bien. Volví en la Sub 20 a la Selección”.
De la consagración con el Atalanta, indicó que “es hermoso. Un triunfo histórico. Un milagro. No imaginábamos que podíamos ganar una final de esta manera a un equipo tan bueno, dejando afuera a equipos de los más importantes de Europa. No caigo”.
“Sabíamos que teníamos que salir a comernos al rival, que juega bien con la pelota. Fuimos a buscarlo arriba, a jugar, pero lo importante es que jugamos con actitud de campeones”, explicó sobre el dominio que tuvo el conjunto de Bérgamo.
“Creo en los milagros, que pasan, que existen y le pedí mucho a Dios poder ganar este torneo. Vinieron 30 mil personas desde Bérgamo. Les hicimos tres goles al Liverpool, al Marsella, y al Bayern Leverkusen. Si me decían que iba a ganar la Europa League cuando llegué acá no lo hubiese creído. Esto es la frutilla del postre, lo que faltaba”, apuntó.
Por otro lado, reconoció algunos chispazos con el entrenador Gian Piero Gasperini, pero se alegró por él y reconoció su mérito: “Era hora que ganara una final ya que perdió varias. Por él también estoy contento. Nos ayudó a plantear el partido de la mejor manera. Si bien he tenido algunos idas y vuelta con él, es un gran entrenador y estratega. Nos ayudó a plantear el partido de la mejor manera y lo entendimos a la perfección. Después pusimos las piernas y el esfuerzo nosotros, pero nos ayudó a llegar hasta acá”.
Por último confesó una charla premonitoria con Ademola Lookman, la gran figura de la final ya que convirtió los tres goles: “Le dije que si hacía un gol la copa la levantábamos porque sabía que con los defensores íbamos a poder mantener el arco en cero. Exageró e hizo tres”.
Musso terminó el torneo con la valla menos vencida, pues le convirtieron apenas 8 goles en 12 partidos. No le marcaron tantos en la final al igual que a Sergio “Chiquito” Romero en 2017 (Manchester United) y Jan Oblak en 2018 (Atlético Madrid). Además, llegó a cinco vallas invictas a lo largo de la competencia.