Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, la situación de los niños ucranianos ha sido un tema de preocupación global. En este contexto, Darya Gerasymchuk, asesora y Comisaria del Presidente de Ucrania para los Derechos del Niño y la Rehabilitación, viajó a Buenos Aires para mantener encuentros con funcionarios, legisladores y distintas organizaciones argentinas, parte del esfuerzo diplomático de Kiev para sumar adhesiones a la Coalición Internacional para el Retorno de los Niños Ucranianos, una iniciativa que busca traer de vuelta a los niños deportados por la fuerza a Rusia.
“Hay 36 países que se sumaron a esta coalición y esperamos que el próximo sea Argentina”, dijo la funcionaria durante un encuentro con un reducido grupo de medios, entre ellos Infobae, organizado por la embajada de la Unión Europea en Argentina.
“Quiero pensar que Argentina como nadie puede entender que uno de mayores derechos del niño es crecer en su país, con su familia. Estamos ahora aquí para recordarles el dolor que sufrieron ustedes lo está sufriendo ahora otro país y es muy duro”, agregó Gerasymchuk. “Ucrania no es una excepción en el contexto global de guerras, pero el destino de los niños ucranianos es un problema global que requiere la atención de toda la comunidad internacional”.
Por eso, el presidente Volodimir Zelensky también lanzó el programa “Devolver los niños a Ucrania”, coordinado por Gerasymchuk, con el objetivo de reunir a la comunidad internacional en acciones que aseguren el retorno seguro de los menores. Este programa ha requerido un esfuerzo coordinado y permanente, ya que Rusia, según la funcionaria, “no está dispuesta a dialogar ni a devolver a los niños”.
Las cifras
La falta de acceso a territorios ocupados y la ausencia de información oficial de parte de Rusia complican la labor de las autoridades ucranianas para rastrear y recuperar a los menores deportados. Funcionarios y medios rusos afirmaron haber evacuado a 700.000 personas de los territorios ocupados pero, según Gerasymchuk, “los rusos están sobrevalorando esa cifra” por razones de propaganda. Kiev estima que entre 200.000 y 300.000 niños podrían haber sido llevados a Rusia.
De éstos, Gerasymchuk explicó que Ucrania tiene información de unos 20.000 menores, aunque desconoce su paradero y situación actual en el territorio ruso. “Los rusos hacen todo lo posible para que no podamos encontrarlos y traerlos de vuelta”, dijo.
La funcionaria destacó que, hasta la fecha, han logrado devolver a casi 400 niños a sus familias en Ucrania. Enfatizó que cada operación de recuperación es extremadamente compleja y no siempre termina positivamente.
Gerasymchuk subrayó en particular los desafíos burocráticos y el sufrimiento emocional que enfrentan los tutores y familiares en el proceso de recuperación. Narró casos específicos, como el de un tutor que tuvo que soportar un interrogatorio de 12 horas en Rusia y el de una abuela cuyo “corazón se detuvo” tras el agotador proceso de intentar recuperar a sus nietos.
Por otro lado, la funcionaria también descartó los recientes informes sobre negociaciones entre Kiev y Moscú sobre esta cuestión.
“Si un loco roba un niño, ¿piensan que se puede hacer algún arreglo con él para que devuelva el niño? Al loco hay que juzgarlo y sacarle al niño. Con Rusia no se puede tener una conversación”, dijo.
Los “campos de reeducación”
Los informes sobre la existencia de “campos de reeducación” rusos son otra preocupación significativa de las autoridades de Kiev y la comunidad internacional.
En estos centros, a los menores se les dice que una familia rusa los espera, o que regresarán a Ucrania como ocupantes armados. Además, se los obliga a rechazar su identidad ucraniana y adoptar costumbres rusas. “Los rusos tienen una metodología para que los niños ucranianos olviden para siempre quiénes eran antes de estar en Rusia”, acusó Gerasymchuk.
La funcionaria agregó que los menores son sometidos a condiciones duras y castigos si se detecta algún elemento que muestre su identidad ucraniana. Entre los métodos utilizados, Gerasymchuk destacó la “militarización de los menores”, donde se preparan para convertirse en soldados de las Fuerzas Armadas de Rusia.
Por la deportación y las violaciones a los derechos de los niños, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto internacional por crímenes de guerra en contra del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su comisaria para los derechos de la Infancia, Maria Lvova Belova.
Aún así, la falta de un sistema global de seguridad para niños en situaciones de conflicto es una urgencia que las organizaciones internacionales deben abordar, según Gerasymchuk: “La comunidad mundial debe unirse para garantizar que ningún niño vuelva a sufrir este tipo de experiencias”.
“Los rusos quieren hacer un genocidio de los niños ucranianos”, finalizó. “Nosotros estamos haciendo todo lo posible para que esto no pase”.