La Inteligencia militar británica ha dedicado su última evaluación de este sábado sobre la guerra en Ucrania a examinar la última serie de detenciones de oficiales rusos, comenzando por el adjunto al Estado Mayor, por su presunto papel en casos de corrupción, un fenómeno “profundamente” enquistado en el Ejército ruso, según Londres.
La detención del general Vadim Shamarin por supuesto delito de soborno sospecha de aceptar grandes sobornos ha seguido las de otros altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores así como del Ministerio de Defensa, como el viceministro Timur Ivanov o el jefe de Gabinete, Yuri Kuznetsov.
Todos estos arrestos, indica el Ministerio de Defensa británico, se han producido desde que el anterior titular de Defensa, Sergei Shoigu, abandonara su cargo el pasado 12 de mayo para convertirse en secretario del Consejo de Estado.
El Kremlin ha restado importancia a estos casos, que ha enmarcado dentro del trabajo habitual de los departamentos anticorrupción en otras agencias estatales rusas. “La lucha contra la corrupción es un trabajo coherente”, explicó en su momento el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “No es una campaña puntual, sino un trabajo constante”.
Londres recuerda que Shamarin ha encabezado la Dirección de Comunicaciones del Ministerio desde 2021 y que uno de sus antecesores en este papel, el general Jalil Arslanov, también fue procesado cargos de corrupción allá por 2020.
Sumando todos estos acontecimientos, Reino Unido percibe que “la corrupción está profundamente arraigada” en el Ministerio de Defensa ruso, “y es probable que haya más arrestos”.