La promesa del presidente Javier Milei en la Sociedad Rural del pasado viernes de eliminar el impuesto PAIS no parece tan sencilla de cumplir. La compleja combinación entre dos necesidades simultáneas del Gobierno, sostener el ajuste fiscal y desarmar el cepo cambiario, vuelve incierto el modo en que se se puede suprimir un impuesto que representa el 10% de los ingresos del Estado Nacional.
Frente a los hombres del campo, Milei dijo lo que su auditorio quería escuchar: “Estamos trabajando para eliminar el cepo, cuando se desactiven las bombas que los kirchneristas nos dejaron. Va a haber tipo de cambio libre, cuando se empiecen a recomponer las cuentas, vamos a eliminar el impuesto PAIS y a eliminar las retenciones para que el campo sea libre”.
Sin impuesto PAIS, no hubiera existido el superávit del cual el Gobierno se jacta y, tal vez, tampoco el descenso de la inflación hubiese sido tan marcado
Si algo repite el Gobierno es que lo único no negociable de su plan es el equilibrio fiscal. Y el superávit logrado en estos meses está excesivamente ligado al impuesto PAIS, que representa todo lo que este Gobierno dice combatir, ya que mete ruido en el comercio exterior, encarece las importaciones y, a la larga, suma un costo que las empresas trasladan a sus precios.
Pero en los primeros cuatro meses del año su aporte en materia fiscal fue excluyente. Sin impuesto PAIS, no hubiera existido el superávit del cual el Gobierno se jacta y, tal vez, tampoco el descenso de la inflación hubiese sido tan marcado. Un informe del IERAL señala que en el primer cuatrimestre los ingresos fiscales cayeron un 5% interanual, lo que fue mitigado por el impuesto PAIS y, por supuesto, por el fuerte recorte en el gasto.
Pilar fiscal
“La recaudación del impuesto PAIS fue uno de los sustentos del programa fiscal en el primer cuatrimestre, al explicar más de 100% del superávit primario en los meses de marzo y de abril y alcanzar el equivalente al 54% del superávit primario acumulado en lo que va de 2024”, completó el informe.
En mayo, la tendencia sigue. El impuesto se aplica en cada emisión del Bopreal, el bono que emite el BCRA para saldar la deuda con los importadores y para que las empresas puedan girar dividendos a sus accionistas del extranjero. En la licitación de la primera semana de mayo, que destinó USD 1.600 millones para ese último fin, le generará al Tesoro más de $260.000 millones de recaudación, una cifra que casi le empata al superávit de marzo, que llegó a $280.000 millones. La imposición del impuesto sobre el dólar oficial aplicada también para el caso de los dividendos había sido anunciada 48 horas antes de la licitación.
Así, el impuesto “fue aumentando su importancia relativa en los ingresos tributarios con los que se queda el Sector Público Nacional. En el primer trimestre representó el 10,6%, casi $11 de cada $100 colectados por el Sector Público nacional. En el cuatrimestre, la relación bajó levemente a 10%”, señaló el economista Nadin Argañaraz.
Dilema
El dilema para el Gobierno consiste en que cuando “se empiecen a recomponer las cuentas” y se pueda levantar el cepo, la recaudación sufrirá un impacto que aún no se explica cómo será compensado. El incierto camino de la Ley Bases y su paquete fiscal en el Congreso incrementa las dudas. El Gobierno sostiene además, como prueba de que su futura eliminación, que no aceptará coparticipar el impuesto PAIS con las provincias, algo que podría servirle de herramienta de negociación con los gobernadores.
Las dificultades del oficialismo con la Ley Bases “tienen como telón de fondo el hecho que el Impuesto PAIS caduca a fin de año, siendo clave en la performance de las cuentas públicas hasta aquí. En relación al PBI, el acumulado de los primeros 4 meses del año muestran un superávit financiero equivalente al 0,2% del PBI (superávit primario de aproximadamente 0,7% del PBI)”.
El paquete fiscal que discute el Congreso, explica un informe de LCG, podría traer recursos extras al Fisco en virtud de los cambios en el impuesto a las Ganancias, la moratoria y el blanqueo. Pero aún cuando el Gobierno consiga la aprobación de la ley en esos términos, no está claro si esos cambios le permitirán levantar el cepo. “La relevancia de lo recaudado por el impuesto PAIS (2% del PBI) hacen pensar que la unificación cambiaria podría tardar más de lo pensado”, afirmó la consultora.