Imagina a un estudiante que, tras años de seguir un enfoque tradicional de aprendizaje, repentinamente enfrenta un entorno educativo que requiere adaptarse rápidamente a nuevos métodos y tecnologías. Esta situación puede generar estrés y afectar negativamente su rendimiento académico. La clave para superar estos desafíos radica en desarrollar la flexibilidad cognitiva, la cual consiste en la capacidad de cambiar de tarea y enfoque con facilidad y ajustar estrategias frente a complicaciones.
Al respecto, un reciente estudio publicado en la revista PLOS ONE ha demostrado que la práctica de videojuegos de estrategia en tiempo real (RTS, por sus siglas en inglés) puede incrementar significativamente la flexibilidad cognitiva. Esta investigación, realizada por los departamentos de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Texas en Austin y la University College London (UCL), utilizó los videojuegos StarCraft y The Sims 2, títulos que exigen la rápida alternancia y mantenimiento de múltiples fuentes de información y acciones.
Este estudio involucró a 72 participantes, quienes fueron divididos en dos grupos: uno que jugó una versión modificada de StarCraft y otro que interactuó con el videojuego de simulación de vida, The Sims 2, que funcionó como control. Los investigadores midieron diversos aspectos de la flexibilidad cognitiva antes y después de 40 horas de juego. Los resultados mostraron que el grupo de StarCraft, experimentó una mejora notable en tareas que requerían alternar y coordinar operaciones mentales.
El estudio, liderado por Brian D. Glass de la Queen Mary University of London señaló que la flexibilidad cognitiva no parece estar vinculada a una sola área del cerebro, sino a una red funcional amplia que incluye la corteza prefrontal y el córtex parietal superior derecho. Su hipótesis sugiere que la experiencia inmersiva en videojuegos como StarCraft puede ajustar estas redes neuronales, promoviendo un mejor rendimiento cognitivo.
La investigación también destaca que el aumento de la flexibilidad cognitiva puede tener implicaciones prácticas importantes. “Estos resultados sugieren vías para incrementar la función cognitiva, lo cual podría tener aplicaciones clínicas en trastornos como el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el envejecimiento normal y las lesiones cerebrales traumáticas”, explicó el equipo de investigación.
Además, el estudio resalta que mientras los videojuegos de acción han sido asociados con mejoras en el procesamiento perceptual rápido, los videojuegos de estrategia en tiempo real podrían promover el “pensamiento rápido” al exigir una alta carga de trabajo y una rápida alternancia entre múltiples fuentes de información y acciones.
Para asegurar la adecuada validación de sus hallazgos, los investigadores realizaron un análisis bayesiano meta-analítico, técnica que considera tanto la probabilidad de la hipótesis alternativa como la nula. La evidencia sugirió fuertemente que el entrenamiento en RTS promovía mejoras en la flexibilidad cognitiva, en comparación con el juego de simulación de vida, que no mostró cambios significativos.
Los autores sugieren que futuras investigaciones podrían enfocarse en examinar los cambios cerebrales subyacentes empleando técnicas como la resonancia magnética estructural (MRI) y la imagen de tensor de difusión (DTI) para explorar los cambios en la conectividad cerebral como resultado del entrenamiento en videojuegos de RTS.
Finalmente, para abordar esta necesidad que tienen los estudiantes de cambiar de tareas y adaptarse a nuevas tareas, diversos programas educativos han comenzado a incorporar actividades diseñadas para fomentar esta habilidad. Estas metodologías se centran en promover la adaptación mental a través de ejercicios que desafían las estructuras de pensamiento habituales y fomentan soluciones innovadoras a los problemas tal como lo evidenció el estudio científico.