Desde el lunes 13 de mayo, la popular animadora infantil Yola Polastri se encuentra en estado delicado de salud luego de haber sufrido un infarto cerebral.
A sus 74 años, Polastri, un querida figura de la televisión peruana, se enfrenta a una enfermedad con un alto nivel de mortalidad y discapacidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada cinco segundos ocurre un infarto cerebral en el mundo y es la segunda causa de muerte a nivel global.
Sin embargo, el 90% de los infartos cerebrales están asociados a factores de riesgos como la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto, que pueden disminuirse con una detección a tiempo y una prevención adecuada.
El infarto cerebral
El infarto cerebral, también conocido como ataque cerebrovascular o accidente cerebrovascular (ACV), es una enfermedad de los vasos sanguíneos del cerebro que se produce cuando una arteria cerebral se bloquea, impidiendo que las células del cerebro obtengan oxígeno y nutrientes, lo que provoca la muerte de una parte del cerebro.
De acuerdo a MedlinePlus, los ataques cerebrovasculares se dividen en dos tipos:
- El ataque cerebrovascular isquémico, provocado por un coágulo de sangre que obstruye un vaso sanguíneo en el cerebro, es el más común, representando el 80% de los casos.
- El ataque cerebrovascular hemorrágico, causado por la ruptura y sangrado de un vaso sanguíneo en el cerebro.
Una afección similar es el ataque cerebrovascular isquémico transitorio, también conocido como “mini derrame”. Ocurre cuando la irrigación sanguínea al cerebro se bloquea temporalmente. Aunque el daño a las células cerebrales no es permanente, aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Factores de riesgo del infarto cerebral
Entre los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un infarto cerebral hay 3 enfermedades que destacan: la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la hipertensión arterial o presión arterial alta como un trastorno en el que los vasos sanguíneos se mantienen de manera constante en una tensión elevada, es decir, mayor a 140/90. La presión arterial normal en la mayoría de adultos se caracteriza por una presión sistólica menor a 120 y una presión diastólica menor a 80.
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de los infartos cerebrales porque la presión arterial alta puede provocar la ruptura de vasos sanguíneos, causando un ataque cerebrovascular hemorrágico. Además, un ataque cerebrovascular isquémico puede presentar sangrado y transformarse en un accidente cerebrovascular hemorrágico.
En el caso de la diabetes, se trata de una enfermedad caracterizada por niveles elevados de glucosa o azúcar en sangre, que pueden dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón y los vasos sanguíneos, lo que con el tiempo puede provocar enfermedades cardíacas o un accidente cerebrovascular.
Mientras que el colesterol alto puede aumentar el riesgo de infarto cerebral al elevar el riesgo de enfermedades del corazón, un factor que contribuye al ACV. La acumulación de placa en las arterias debido a altos niveles de colesterol también puede bloquear el flujo de sangre al cerebro y causar un ataque cerebrovascular.
Cómo reconocer y prevenir el infarto cerebral
Si bien el ACV es más frecuente en adultos mayores, puede presentarse a cualquier edad, tal como señala el doctor Carlos Abanto, médico neurólogo del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN) del Ministerio de Salud del Perú (Minsa).
Por eso es importante detectar a tiempo los síntomas de un infarto cerebral, que pueden aparecer de manera súbita, y algunos de ellos son los siguientes:
- parálisis de un lado del cuerpo
- desviación de la cara hacia un lado
- dificultad para hablar o entender
- disminución de la visión en uno o ambos ojos
- inestabilidad para caminar
Para prevenir un ACV, Abanto brinda algunas recomendaciones que deben tomarse en cuenta:
- Realizar un chequeo de manera regular, por lo menos una vez al año, de glucosa, colesterol y triglicéridos, control del peso y medida de la presión arterial para detectar si se sufre hipertensión arterial, diabetes o colesterol alto.
- Mantener una dieta saludable que incluya frutas, verduras, carnes blancas como pollo y pavo y el consumo de menestras. Además, evitar la comida chatarra, las gaseosas, azúcares y harinas refinadas, sal y grasas, así como el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
- Realizar ejercicios de forma regular por 30 a 60 minutos diarios o durante un total de 150 minutos por semana.
- Debido a que el estrés puede contribuir a una elevación de la presión arterial, es necesario reducir los niveles de cortisol y para ello debe disfrutarse del tiempo libre haciendo actividades relajantes o divertidas como viajar, escuchar música y pasar tiempo con la familia, los amigos y la pareja, entre otras.