Cuando llegó a Boca Juniors durante la temporada 2005-2006, Fredy Guarín tenía menos de 20 años y un futuro prometedor. Después de jugar sólo un año en el fútbol argentino y consagrarse campeón del torneo Clausura en aquel recordado equipo que dirigía el Coco Basile, el volante colobiano comenzó su camino en el fútbol europeo.
Más allá de una carrera con grandes logros, que incluyó 11 títulos y ser parte del plantel de la selección Colombia que disputó el Mundial de Brasil 2014 de la mano de José Pekerman, la vida privada de Guarín fue un problema por su adicción al alcohol. El ex jugador apareció en varias ocasiones en videos que se difundieron en redes sociales que generaron alarma en sus fanáticos.
En las últimas horas, quien supo jugar durante varias temporadas en el Porto de Portugal y militó en el Inter de Milán habló del trauma que vivió. “La verdad fue que me desvié. Mi decisión fue aferrarme al alcohol, muchos errores cometí, malas decisiones, lastimé a mucha gente, hice sentir mal a mis allegados, mi círculo social, familiares. El alcohol siempre fue el peor detonante para todo lo que vieron ustedes”, declaró Fredy en una extensa entrevista que brindó a la revista colombiana Semana.
Durante la nota, Guarín recibió una pregunta directa: “¿Usted es alcohólico?”. le dijeron, a lo que el colombiano respondió: “Cien por ciento. Yo soy un alcohólico y lo reconozco. Soy un adicto en recuperación. Recuerdo lo que no se hizo bien, qué se hizo mal. Aprender es una gran motivación”, expresó el ex mediocampista que se retiró del fútbol hace tres años en el club Millonarios, de Bogotá.
El ex jugador nacido en Puerto Boyacá que hoy tiene 27 años abrió su corazón y relató los detalles de cómo sucumbió frente al alcohol.
“Yo fui alcohólico social durante varios años; estando activo en el fútbol, vivía en un consumo. Ahí empezó mi proceder y a descargarme, por decirlo así, en tomar malas decisiones. Cuando salgo de Millonarios fue el punto más profundo que toqué, porque durante estos últimos tres años caí en el fondo de mi adicción. Ya no daba, había perdido mi dignidad, mi círculo social cercano, la confianza de seres queridos y de lo más importante y valioso que yo tengo, que son mis tres hijos. Perdí muchas cosas de valor sentimental, amoroso. Llegó un punto en que ya no podía más seguir de esa forma. Me tocó pedir ayuda, ya lo había hecho varias veces, pero había recaído”, explicó.
“Me tocó rendirme y entregarme a mi ser superior, a unos profesionales con los que estoy trabajando y poder remediar muchas cosas que no estuvieron bien hechas. Recuperar la confianza tanto mía, como la de mis hijos, la de mis familiares. Proyectarme y aceptar fue lo principal. No podía solo y me dejé ayudar. Estoy en ese proceso. Con toda seguridad lo puedo decir: este es el definitivo. Ya le toqué la puerta al diablo y no es lo mejor”, agregó en relación a los pasos que dio para recuperarse de sus adicciones.
Padre de tres hijos, fruto de sus relaciones con su ex pareja la venezolana Andreína Fiallo y el menor llamado Jacobo con la colombiana Sara Uribe, Guarín también se refirió al proceso que atraviesa para intentar recuperar la confianza y la vida cotidiana con ellos.
“Con mis hijos estamos en ese proceso. Estoy en el proceso de recuperar a mis tres hijos. Están en su espacio. Yo respeto mucho también las decisiones que de alguna u otra forma hayan tomado. A mis hijos los amo y estuve pagando por un tiempo. Ya sé cuál no es el camino y que el camino es Dios que me fortalece cada día y una vida sobria, sana, para poderles dar todo limpio y un amor infinito que tengo con mis hijos”, dijo Fredy.
Además de hablar de su internación para salir del consumo, el ex futbolista de Boca no ocultó el miedo que atravesó por su adicción. “La verdad que en ese camino oscuro en el que estuve, estuve cerca de la muerte porque no tuve respeto, no tuve límites, no tuve valor y me fui dejando llevar cada día más a ese hueco. Toqué las puertas del infierno. Ya sé lo que es eso y no quiero volver nunca más en mi vida. No es muy chévere esa oscuridad y esa intranquilidad con la que vivía. No medía los riesgos alcoholizado. Fueron momentos muy dolorosos. La cárcel era lo que estaba viviendo”, concluyó.