El papa Francisco por primera vez dio fechas posibles del ansiado regreso a la Argentina. Lo hizo en una visita que tuvo con tres niños de parroquias porteñas que fueron a visitar a la Santa Sede, junto a sus madres y el presbítero Iván Dornelles, secretario ejecutivo de la Vicaría de Niños de la arquidiócesis de Buenos Aires.
Según informó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), Claudia con sus dos hijos, Mateo de 11 años y Margarita de 6 años, de la parroquia de Niño Jesús de Villa Lugano; y Marcela, con su hija Milagros de 8 años, de la parroquia Nuestra Señora de la Misericordia de Mataderos; viajaron para visitar al Papa y se llevaron una respuesta que es ansiada no sólo por la comunidad de fieles, sino también por un amplio abanico de sectores que buscan que se concrete la primera visita desde que fue investido Bergoglio como sumo pontífice.
De acuerdo con el informe de AICA, en el encuentro el Papa les dijo a los niños: “¿me quieren decir algo?”. Ante esa pregunta, los tres chicos le dijeron al mismo tiempo “¿cuándo venís a la Argentina” y Francisco respondió: “Me gustaría ir para fines de noviembre o principios del año que viene”.
“Es una gracia de Dios poder estar acá, con el Papa Francisco, fue muy cariñoso, muy cercano, lo siento como una caricia de Dios”, contó el padre Dornelles, después del encuentro, que ocurrió en el marco de la primera Jornada Mundial de los Niños, que se realizó los días 25 y 26 de mayo en Roma y el Vaticano, con el lema “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”.
Sobre ese encuentro, el cura párroco resaltó: “Lo que vivimos el sábado 25 de mayo fue fabuloso, el encuentro de culturas en el que nos unimos todos como Iglesia, como ese Pentecostés que nos hizo hablar distintas lenguas, pero creer en el mismo Dios”. Y agregó que “fue una especie de Pentecostés de niños en el cual experimentamos la alegría, la inocencia de los chicos, sus gritos cuando apareció el Papa, el baile, los globos o las coreografías. ¡Todo tan, tan lindo! Cantaron la canción ‘Felicitá’, hubo un momento de fútbol que les gustó mucho a los chicos”.
“Cuando entró el Papa se escuchaba ‘¡Francesco, Francesco!’. Después él hizo una alocución y habló en pimpón con los chicos, eso estuvo relindo”, consideró.
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