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Los regalos son oportunidades de demostrar nuestro cariño o afecto hacia una persona, por ello es importante conocer las normas de etiqueta a la hora de darlos para no provocar una situación incómoda o dar algún presente que pueda ser mal recibido y cause una mala impresión sobre nosotros.
De acuerdo con National Geographic España, el hecho de dar un obsequio hace que se disparen algunas sustancias químicas en nuestro cerebro, como la oxitocina, la dopamina, la serotonina y las endorfinas. La oxitocina es importante en la construcción de una relación de confianza y el desarrollo de las relaciones emocionales, junto con las otras tres hormonas forman el cuarteto de la felicidad, involucradas en los procesos biológicos que desatan el sentimiento de felicidad.
Si buscamos dar el regalo perfecto, el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras puede ser de gran ayuda. En sus páginas, el pedagogo venezolano Manuel Antonio Carreño nos muestra la manera adecuada para conducirnos en diversas situaciones sociales.
El regalo ideal
Es bien sabido que no es correcto llegar a una reunión con las manos vacías; sin embargo, no saber qué llevar es aún peor. Estas pautas pueden ayudarnos a salir de un apuro con amigos, colegas de trabajo e incluso cuando conocemos por primera vez a nuestros suegros.
- Para que nuestro regalo dé verdadero placer, que después de todo es el objetivo que se persigue cuando se hace un obsequio, debe ir acompañado de algunas palabras cordiales que expresen nuestros sentimientos y/o motivos.
Cualquiera que sea el objeto del regalo, debe acompañarse con una tarjeta. El contenido que esta tenga dependerá de la cercanía que tengamos con la persona o el motivo de este. Sin embargo, en cualquier situación estas deben reflejar cordialidad, amabilidad y educación.
- Nunca debe mencionarse el precio del obsequio, ni siquiera insinuarlo. Esto sólo se permite con alguna persona de nuestra entera confianza y únicamente cuando se nos solicite.
- Tampoco es correcto alabar la mercancía. No debe insistir en la calidad, rareza u originalidad de su presente. Esto puede hacer que nuestra actitud resulte desagradable y que nos haga ver como personas presumidas.
- En los niños siempre será bienvenido caja de colores, blocs de dibujo o libros.
En estos casos se recomienda pensar tanto en el niño como en los padres y evitar juguetes peligrosos, ruidosos que puedan generar regaños y perturbar la paz del hogar, o suponer más adelante una molestia para los padres.
- Si regala alguna prenda de vestir, no insista en que la persona se la pruebe inmediatamente.
Es posible que a las persona no le guste servir de modelo y se sienta presionada por la solicitud. También puede que la prenda no haya sido de su agrado y que por delicadeza no haya hecho alarde de ella. Es mejor dejar que la persona disfrute de sus obsequios en privado y, si es que quiere compartirlos, debe ser por iniciativa propia.
- Cuando debamos hacer un regalo y apenas conocemos a la persona se debe evitar regalar ropa, joyas u objetos muy personales.
Al no conocer a la persona es muy probable que no conozcamos sus gustos y regalemos algo que no le agrade. Es mejor optar por regalos genéricos, y con el paso del tiempo, podremos conocer mejor las preferencias de la persona y darle algo más acorde a su personalidad.
- Al tratarse de un caballero se puede elegir entre música, licores, portafolio o carteras.
Global Good Manners by Cris (Buenas maneras universales por Cris) es una cuenta de TikTok que comparte videos ilustrativos sobre cómo sí y cómo no comportarse en diferentes situaciones. Por ejemplo, Gestos que nos restan elegancia con el menú, Gestos a evitar al beber en una taza, Cosas que no se deben hacer al tomar café.
En el video se muestran los regalos que las reglas de etiqueta consideran apropiados y cuáles no. Una botella de champagne; bombones para que el anfitrión comparta con su familia; y flores en un jarrón son opciones sencillas y elegantes para regalar en alguna cena o reunión.
El Manual de Carreño
El Manual de Urbanidad y Buenas Maneras fue escrito en 1853 con el objetivo de “civilizar” a toda la población. Según Carreño los buenos modales y la cortesía “son los principios generadores de todas las virtudes sociales, y la base de todo orden, de todo progreso y de toda felicidad”.
Para él, la urbanidad significaba la emanación de los deberes morales, encargados de conservar el orden y la buena armonía que debía reinar entre los hombres. Esto ayudaría a estrechar los lazos que los unen, por medio de impresiones agradables que produzcan los unos sobre los otros.
