Madrid, 28 may (EFECOM).- El sector de los componentes de automoción facturó 41.529 millones de euros en 2023, un 10,3 % más que un año antes y por primera vez por encima de los 40.000 millones, según los datos comunicados este martes por la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto).
La patronal ha calificado estos resultados como “positivos”, pero ha puesto de manifiesto dentro de esas cifras el efecto que ha tenido la inflación, el menor incremento en la facturación que el que se produjo en 2022 (37.668 millones, un 17,4 % más que en 2021) y el estancamiento de las inversiones.
De hecho y según los datos aportados por el sector, las inversiones en I+D+i durante 2023 alcanzaron 1.271 millones, que supuso el 3,1 % de la facturación global en línea con los últimos años.
Las previsiones para el cierre de este año que ha ofrecido Sernauto indican un incremento de la facturación en el entorno del 3 % y, en cuanto al empleo, un aumento del 1 % en comparación con los datos de 2023.
Sobre los próximos retos con los que se enfrenta el sector, el presidente de Sernauto, Francisco Riberas, ha destacado la “batalla de precios” por el exceso de oferta de automóviles, el aumento del capital para inversiones en el lanzamiento de coches eléctricos o enchufables y la irrupción de los fabricantes chinos y los aranceles para frenar su expansión.
Los matices que ha comunicado Sernauto al crecimiento del sector en términos de facturación en 2023 también tienen relación, ha añadido Riberas, con los “grandes esfuerzos” de las empresas del sector en inversiones, el bajo volumen de producción de coches y los “márgenes ajustados” con los que trabaja.
Por todo ello, Sernauto ha vuelto a poner el acento en la necesidad de plantear desde la Administración nuevos Pertes y otros apoyos a la industria de la automoción “que se reflejen” en los presupuestos generales del Estado.
En ese sentido, la patronal ha reclamado la implementación del beneficio fiscal al I+D+i, más medidas para la atracción de talento y una simplificación administrativa para ganar agilidad, entre otras cuestiones.
Riberas ha puesto énfasis también en la importancia de las inversiones en I+D+i como uno de los retos para los próximos años, con el objetivo, ha comentado, de “seguir siendo competitivos con una diferenciación tecnológica, ya que los centros de decisión de los fabricantes están fuera de España”.
En ese capítulo, la inversión en capacidades productivas superó los 1.670 millones el año pasado, un 10 % más en tasa interanual, en tanto que el empleo aumentó un 0,8 %, hasta 332.550 personas, de las que 204.650 forman parte del empleo directo.
Las exportaciones de componentes de automoción sumaron 25.140 millones facturados, un 9 % más que un año antes, lo que supuso el 60 % de la cifra de negocios total.
De la facturación en el mercado nacional (16.389 millones), la cadena de suministro generó para el sector 10.094 millones (un 10,8 % más) y los recambios, 6.295 millones en 2023, un 6,9 % más.
El presidente de la patronal ha resaltado la “ligera recuperación” del sector de la automoción desde la pandemia (aún un 15 % por debajo de la prepandemia), pero ha insistido en que sus proyecciones son “moderadas” hasta 2027 para alcanzar en todo el mundo los 95 millones de unidades de 2019.
La electrificación de los vehículos “va a seguir dando guerra” en los próximos años, ha comentado Riberas, quien ha matizado que el mayor problema de esta tecnología, más allá de los datos de producción y penetración, es de “cómo se distribuye”, ya que dos terceras partes de los coches eléctricos se han vendido en China.
“En estos dos últimos años”, ha proseguido, “hay un movimiento nuevo con la exportación de vehículos eléctricos fabricados en China”.
Los chinos, ha agregado, poseen una tecnología “capaz de sacar coches eléctricos a precios competitivos”, lo que a su juicio pudiera ser “una oportunidad si vienen aquí a fabricar”.
“Serán bienvenidos si deciden fabricar” vehículos eléctricos en España; “nosotros les facilitamos los componentes”, ha subrayado Riberas.
El directivo de la patronal ha admitido que actualmente no se consigue que el coche eléctrico y el de combustión tengan un precio similar “por los costes asociados a la batería” y ha opinado que esa situación “no se va a arreglar por estrechar los márgenes a los proveedores”.
Hasta más allá de 2030, ha comentado al respecto, no se producirá el salto tecnológico hacia las baterías en estado sólido, a su juicio la tecnología del futuro que vendrá a sustituir a las actuales baterías para vehículos. EFECOM
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