Chinh, el oso negro asiático (Ursus thibetanus), recibió una segunda oportunidad tras ser rescatado de una granja de bilis de la provincia de Binh Duong, en Vietnam.
Vivió en aquel lugar desde que era un osezno y durante 20 años fue mantenido dentro de una pequeña jaula de acero sin posibilidad a desarrollar comportamientos naturales para su especie.
Aunque hoy se encuentra a salvo dentro de Bear Sanctuary, santuario dirigido por Four Paws ubicado en Ninh Binh, las décadas de abuso dejaron marcas graves en su cuerpo; sufre pérdida de cabello, sus caninos superiores están fracturados y desarrolló una cornificación severa (proceso en el que el tejido se seca y endurece) en las almohadillas de sus patas como resultado de permanecer de pie sobre barras de metal.
Las marcas de 20 años de abusos
En 2019, autoridades de Four Paws visitaron por primera vez la granja en la que vivía Chinh. En aquella ocasión fueron testigos de las terribles condiciones en las que se mantenían a “hileras de osos apáticos y encarcelados” en jaulas, según relataron empleados en el sitio web de la organización.
Chinh no tenía pelo en su cabeza y frente, además balanceaba excesivamente la cabeza. Según los miembros de la organización, los osos rescatados de estas condiciones a menudo llegan con “una multitud de problemas de salud”.
El sufrimiento de Chinh llegó a su fin el 10 de mayo, cuando fue rescatado por voluntarios de Four Paws. Él es considerado el último oso mantenido en una granja de bilis en la provincia de Binh Duong. Las instalaciones cerraron para siempre después de que su dueño entregara “voluntariamente” al animal, de acuerdo con información revelada por el departamento de prensa de la organización.
Este suceso marcó el final de 20 años de abusos constantes. Su nueva vida dentro de Bear Sanctuary estaba por empezar.
Especialistas del santuario estiman que Chinh llegó a la granja en 2005 cuando todavía era un cachorro. Desde ese momento vivió dentro de una pequeña jaula sin posibilidad de desarrollar comportamientos naturales para su especie.
A pesar del sufrimiento que soportó el animal, “Vietnam atraviesa un cambio positivo: los propietarios entregan voluntariamente sus osos. Sin embargo, se requieren esfuerzos más estrictos para acabar con la cría de osos de una vez por todas”, escribieron los empleados de la organización.
La odisea de Chinh hacia una mejor vida comenzó con un viaje de dos días al santuario. Durante todo el trayecto fue acompañado por Lesley Halter-Golkel, veterinaria experta en vida silvestre, que se encargó de asegurar su bienestar.
Según declaró Halter-Golkel, el oso se mantuvo tranquilo durante el rescate, incluso recordó que les “quitó” algo de comida de las manos.
Una lucha que no termina
“Años de vivir en una jaula han dejado marcas profundas en su cuerpo: Chinh desarrolló una cornificación severa en las almohadillas de sus pies por estar parado sobre barras de metal”, lamentó la veterinaria.
Además del problema en sus patas, el animal tiene sus caninos superiores fracturados y una pérdida de cabello en la cabeza por lo que la experta calificó como “un comportamiento estereotipado”.
“Por observación, asumimos que tiene enfermedades típicas relacionadas con el cultivo de bilis, pero realizaremos un control de salud completo bajo anestesia, que incluye un análisis de sangre, radiografías y más en nuestra clínica veterinaria del santuario”, dijo Halter-Golkel.
Algunas de estas afecciones asociadas con el cultivo de bilis, según expertos de Four Paws, son la inflamación de la vesícula biliar e hígado, cáncer, enfermedades cardíacas, dentales, renales crónicas, degenerativas de las articulaciones y los problemas oculares.
Los osos a menudo presentan problemas corporales como obesidad, falta de patas o extremidades y lesiones causadas por trampas, intentos de quitarles las patas o amputaciones.
Magdalena Shrek-Trettin, gerente senior de proyectos de defensa y rescate de animales salvajes en Four Paws, celebró que en la mayoría de las provincias vietnamitas se han logrado “grandes avances” para acabar con el cultivo de bilis, pero lamentó que en ciudades como Hanoi aún no abandonen esta práctica.
“Hanoi sigue siendo el mayor lugar de cultivo de bilis de oso en Vietnam. En abril de 2024, todavía hay 200 osos criados en 63 granjas que sufren condiciones de conservación impensables. Con la ayuda de nuestros socios locales, continuaremos defendiendo a estos osos y sus oportunidades para una mejor vida”, aseguró Sckerk-Trettin.