José Manuel Albares ha comparecido por sorpresa este jueves para anunciar que España intervendrá en el proceso emprendido por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, sumándose a la denuncia de Sudáfrica, que señala a Israel por genocidio. “Tomamos esta decisión ante la continuación de la operación militar en Gaza. También, observamos con enorme preocupación la extensión regional del conflicto. Nuestro objetivo es doble: que la paz regrese a Gaza y a Oriente Medio, y para ello es urgente que todos apoyemos al tribunal; lo hacemos también por compromiso con el Derecho Internacional, para fortalecer así a las Naciones Unidas”.
Preguntado Albares por si considera que Israel está cometiendo un genocidio, se ha limitado a responder que España “apoyará cualquiera que sea la decisión” del tribunal: “El delito de genocidio es su labor”, ha zanjado el ministro de Asuntos Exteriores en una comparecencia de prensa en el Palacio de Viana, que coincide con el tramo final de la campaña de las elecciones europeas.
El Consejo de Ministros aprobó el reconocimiento del Estado de Palestina el pasado martes. En la rueda de prensa posterior, Albares anticipó que actuaría frente a las “provocaciones” y “bulos deleznables” del canciller Israel Katz, pero no en caliente. “Habrá respuesta y será firme, serena y coordinada”, en referencia esto último a Noruega e Irlanda, de la mano de nuestro país en la fórmula para la solución del conflicto. Y es que, Katz, en su cuenta en la red social X, ha llegado a responsabilizar a Pedro Sánchez del asesinato de judíos y ha amenazado con hacer daño a España.
No obstante, Albares ha aclarado que la decisión comunicada este jueves se ha tomado ante la continuación de la operación militar en Gaza y la “enorme preocupación” que suscita la extensión regional del conflicto. Cabe destacar que este apoyo a la vía judicial iniciada por Sudáfrica, a la que se han adherido países como México y Chile, era una de las medidas exigidas por los socios del Gobierno de Pedro Sánchez, como Sumar y Podemos, desde el inicio del conflicto.
Alto al fuego y liberación de rehenes
“Presentamos una declaración de intervención en el procedimiento”, ha comunicado Albares. Después de que la Corte Internacional de Justicia ordenara a Israel detener la ofensiva en Rafah, el titular de Asuntos Exteriores ha asegurado que España busca “apoyar al tribunal en la aplicación de las medidas cautelares, especialmente en la finalización de las operaciones militares en Rafah para que vuelva la paz, en los obstáculos a la entrada de ayuda humanitaria que deben terminar y en la destrucción de infraestructuras civiles que deben cesar”.
Albares ha reiterado una vez más su petición del “cese de los bombardeos, el alto al fuego, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, y el acceso urgente y sin restricciones de ayuda humanitaria a la población civil”. Además, ha insistido en su apoyo a las iniciativas de paz, como la del presidente de EEUU, Joe Biden, junto a Egipto y Catar. Por tanto, el objetivo de esta intervención es “poner fin a la guerra y empezar a avanzar por fin en la aplicación de la solución de los dos Estados, que es la única garantía para alcanzar la paz y la seguridad para palestinos e israelíes, y para toda la región. Todos ellos tienen derecho a la paz, el mismo derecho”, ha zanjado.
Por otro lado, el ministro del Gobierno de Benjamin Netanyahu prohibió al Consulado en Jerusalén la ayuda a los palestinos residentes en la Cisjordania ocupada. En este sentido, Exteriores entregó hace unas horas a Israel “una primera nota verbal” para rechazar “completamente cualquier limitación” a esta oficina. Si mantiene su actividad, Katz asegura que la cerrará. Lo que no parece a esta altura es que España vaya a dar un solo paso atrás y como muestra, la comparecencia este jueves de Albares, respaldado desde un primer momento por Josep Borrell.
Apenas unas horas antes de esta trascendente declaración del ministro, se conocía que un ataque de Israel ha matado a 37 gazatíes en una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) que albergaba a personas desplazadas en el campo de refugiados de Nusseirat. El ejército de Netanyahu justificó esta nueva acción militar en que el centro escondía a “terroristas que participaron en el ataque asesino del 7 de octubre”, y que han sido “eliminados” con esta acción.