A un mes del triple crimen en el que murieron quemadas Pamela Cobbas, Roxana Figueroa y Andrea Amarante, este jueves se realiza una marcha en la emblemática Plaza Colombia del barrio porteño de Barracas para pedir justicia por las víctimas.
La movilización fue pautada para las 17 y convocadas por algunos colectivos LTBGQ para manifestarse luego de que el acusado de los asesinatos fuera imputado por homicidio sin el agravante de odio de género por la identidad de las víctimas. “Fue lesbicidio”, aseguran.
La frase es una de las más repetidas en los carteles y pancartas que esta tarde se levantaban en la manifestación que tiene como punto de finalización a la Plazoleta Benito Quinquela Martín. “No es libertad, es odio”, es otra de las oraciones que repiten los presentes.
Asimismo, varias de las personas convocadas aprovecharon para reprocharle al juez del caso por su última determinación. Lo hicieron a través de varios mensajes escritos en cartulinas, folletos y hasta en carteles que los manifestantes se colgaron arriba de su propia ropa.
Horas antes del comienzo de la marcha, desde los espacios convocantes sostuvieron: “Ante el odio la respuesta es colectiva: que dormir y vivir juntas o juntes no sea un privilegio heterosexual”.
El ataque ocurrió la madrugada del 6 de mayo. Pamela, Roxana, Andrea y Sofía, la única sobreviviente de la masacre, estaban en la habitación N°14 del primer piso del hotel familiar de la calle Olavarría, entre Isabel la Católica y la avenida Montes de Oca; cuando Justo Barrientos, otro inquilino de esa misma planta, arrojó un objeto incandescente hacia donde estaban las mujeres por motivos que se desconocen. Mató a tres.
Pamela fue la primera en perder la vida. Falleció al día siguiente del ataque en el Instituto del Quemado. Tenía 52 y era oriunda de Mar del Plata, se dedicaba a vender cosméticos y cobraba una pensión. Mamá de dos hijos, estaba en pareja con Roxana, quien venía del Bajo Flores y también recibía una pensión. Ella murió con el 90 por ciento de su cuerpo afectado dos días después de la agresión en el mismo hospital que su pareja.
Andrea, en tanto, fue internada en el hospital Penna con extensas quemaduras y agonizó por seis días. Murió el 12 de mayo pasado. Había sido trabajadora en el sistema médico y venía un barrio periférico en Neuquén. Sofía, la única sobreviviente y que fue protegida por su pareja, Andrea, cuando comenzaron las llamas; recibió el alta en los últimos días y ahora fue alojada en un departamento, donde recibe las curaciones necesarias y el apoyo y la contención de varias mujeres.
Barrientos está preso e imputado por haber provocado el incendio en la habitación del primer piso en el que vivían las cuatro mujeres. En las últimas horas, fue procesado por el juez Edmundo Rabbione, quien subroga el Juzgado N°14, por el delito de homicidio agravado por ensañamiento y alevosía, cuando diversas organizaciones LGBTQ sostienen que fueron atacadas por su identidad lésbica.
En el caso de Sofía, el magistrado le endilgó “lesiones” al detenido. “No fueron lesiones, fue intento de homicidio de mínima”, se quejó ante este medio la abogada de Sofía, Gabriela Conder.
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