La aparente unión entre los Windsor estalló cuando Isabel II murió. Desde entonces, Buckingham Palace se ha convertido en el protagonista principal de las tensiones entre los royals británicos. Y es que, si bien el reinado de la madre de Carlos III no estuvo exento de polémica, lo cierto es que siempre intentó mantener una imagen de unidad familiar, dejando a un lado las diferencias con la idea de evitar escándalos.
El ascenso al trono del entonces príncipe de Gales ha estado marcado por los diferentes encontronazos con su hijo pequeño, Harry, con quien el distanciamiento es cada vez más palpable. Ya desde que los duques de Sussex tomaron la decisión de abandonar sus funciones con la corona británica en 2020, las relaciones con el resto de los miembros de la casa real fueron disminuyendo y, actualmente, penden de un hilo.
Prueba de ello es que solo haya habido un encuentro de 20 minutos entre padre e hijo tras conocer que el soberano atraviesa un delicado momento tras ser diagnosticado de cáncer el pasado mes de febrero. El abismo entre los dos se hace aún más complejo por el hecho de que Meghan, Harry y sus dos hijos, Archie y Lilibet, tengan su residencia en Montecito, California (Estados Unidos), mientras que Carlos esté viviendo en Reino Unido.
Los kilómetros de distancia que les separan provoca que el que fuera marido de Lady Di no tenga la oportunidad de pasar mucho tiempo con sus nietos, con quienes mantiene el contacto a través de videollamadas. “No está contento”, desvelan fuentes reales del palacio de Buckingham al diario británico The Mirror.
“Recuperar el tiempo perdido”
De acuerdo con la información recogida por la ya citada publicación, el monarca se encuentra “más interesado que nunca” en construir y mantener una relación con Archie, de cinco años, y Lilibet, de dos. Y es que el que fuera marido de Lady Di ha tenido la oportunidad de ver a los hijos de los duques de Sussex en contadas ocasiones desde que nacieron.
Es por ello que quiere “recuperar el tiempo perdido”, sobre todo a raíz de la larga pelea Harry ha tenido con el resto de sus familiares por el supuesto trato ofensivo que los miembros de la casa real le dieron a su hijo y a su esposa debido a su color de piel. Tanto es así que, pese a que el monarca no estuvo presente físicamente en el cumpleaños de su nieta, celebrado el pasado 4 junio, sí quiso formar parte de este día. Así, le envió un “regalo y una tarjeta de todo corazón”, según aseguraron las fuentes consultadas al diario británico.
“El rey está absolutamente comprometido en estar presente en todos los acontecimientos de la vida de sus nietos. Él valora la familia por encima de todo y sea cual sea el curso de su relación con su hijo, nunca se contentaría con ver a sus nietos en alguna que otra videollamada”, han señalado al periódico. Pese a su fracturada relación con Harry, las fuentes han asegurado que Carlos III “es un abuelo fantástico y entusiasta” y prueba de ello es la relación que mantiene con los hijos del príncipe William y Kate Middleton, George, Charlotte y Louis.