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Calefacción en Argentina: desafío entre la producción local y la importación

María Eugenia Sosa
María Eugenia Sosa es analista senior de comercio exterior (Imagen Movant Connection)

La situación actual requiere un equilibrio delicado entre ambas opciones, especialmente en un contexto de constantes cambios económicos y políticos que impactan profundamente el sector.

El gobierno argentino tiene un papel crucial en la regulación de las importaciones, lo cual afecta directamente a la producción local. Producir localmente hoy en día resulta más costoso que importar productos terminados de características y calidades similares, lo que significa que es económicamente más rentable importar productos terminados que producirlos. Aun así, tenemos restricciones a la hora de pagar un adelanto a nuestros proveedores del exterior, ya sea para girarles un anticipo para comenzar con la producción o realizar un pago diferido debido a las restricciones implementados por el actual gobierno.

Para realizar un pago diferido debemos registrar la operación de importación en Argentina y recién ahí pagar con el plan de cuatro cuotas, lo que significa que la primera cuota se paga a los 30 días de la fecha de oficialización del despacho de importación, completando el pago al proveedor exterior a los 120 días de registrada la importación.

Dentro del sector de calefacción premium, donde hay productos como calderas, climatizadores para piscinas, radiadores y calefones, la importación de insumos europeos de alta calidad, o de China es esencial. Sin embargo, las restricciones a los pagos al exterior hacen que sea difícil mantener un suministro constante de estos insumos, afectando la disponibilidad y la producción local.

Además, existe un preconcepto generalizado de que todos los productos chinos son de baja calidad, pero esto no siempre es así. De hecho, muchos productos chinos cumplen con altos estándares de calidad y pueden ser una solución viable.

Se debe entender que a diferentes proveedores del exterior les resulta más rentable producir en China o países de Asia que en su país de origen, esto significa que derivan la producción en los países asiáticos utilizando la misma tecnología y el producto es el mismo. No porque sea chino la calidad es menor, sino que trasladan la producción a países asiáticos.

El equilibrio entre lo nacional y lo importado es fundamental. Actualmente, las restricciones a las importaciones no se han relajado lo suficiente, lo que sigue generando problemas en la cadena de suministro.

Las empresas deben estar preparadas para los próximos cuatro años, sabiendo que el panorama económico podría cambiar drásticamente con un nuevo gobierno. Es esencial tener un plan B para adaptarse a futuros cambios y mantener una producción local, aunque sea mínima, desarrollando nuevos proyectos mirando a futuro.

El comercio exterior siempre existirá, aunque haya trabas arancelarias o intervenciones de terceros organismos que dificultan la liberación a plaza. La principal barrera actual es la capacidad de importar y pagar a los proveedores del exterior. Actualmente, son pocos los proveedores que aceptan un pago a 120 días desde la fecha de oficialización de despacho de importación y los pagos anticipados no son una opción viable en Argentina en estos momentos. Aunque se disponga de dólares, el gobierno implementó el pago en 4 cuotas, lo que añade otra capa de complejidad a la situación.

La resiliencia del país es notable, pero las fluctuaciones constantes en la balanza comercial complican la situación. En el sector de calefacción premium, las intervenciones aduaneras y la falta de información son problemas recurrentes. La aduana frecuentemente objeta las intervenciones de terceros organismos o discrepancias en cuanto a las declaraciones de importaciones, lo cual implica retrasos que pueden resultar en pérdidas de ventas ya comprometidas en plena temporada de invierno.

La burocracia también es un obstáculo. Dentro de la región Argentina y Brasil todavía usan documentos en papel y requieren diferentes intervenciones para presentar en aduana, a pesar de los avances de la tecnología y la digitalización.

Las familias pueden solicitar las ayudas para la calefacción antes del próximo 31 de diciembre. (Freepik)
“El sector de la calefacción en Argentina enfrenta numerosos desafíos que requieren una estrategia equilibrada entre la producción local y la importación”, explica María Eugenia (Freepik) (Freepik/)

En general, las empresas argentinas compraron productos e insumos para tener un stock y continuar con una producción mínima antes del cambio de gobierno, evitando pérdidas y ganándole a la inflación. Sin embargo, esto no es comprendido en países europeos o de otras regiones, donde la inflación es muy baja o no existe.

Además, las compañías a menudo tienen warehouses en Chile o Uruguay, donde es más viable almacenar productos y los costos son menores para luego importar a Argentina. La complejidad geográfica también juega un papel crucial. En 2014 se inauguró una terminal portuaria muy conocida en la zona de Berisso para facilitar el tráfico de buques, pero el mayor caudal de buques arriba al Puerto de Buenos Aires.

Lo que es más, la falta de pagos anticipados y diferidos, y la incertidumbre sobre la balanza comercial complican las relaciones comerciales con los proveedores del exterior.

Aunque la situación ha mejorado ligeramente, aún está lejos de ser ideal. Las obras públicas disminuyeron significativamente, afectando cierres de licitaciones y bajando las ventas lo que crea un ambiente de incertidumbre. Las cargas críticas y las importaciones importantes no han recuperado el nivel de movimiento del año pasado o años anteriores, lo que refleja una notoria falta de confianza y estabilidad en el mercado.

El “Ahora 4″ no ha solucionado los problemas de diferentes industrias. Los bonos BOPREAL son caros y siempre queda un saldo por pagar. No todas las empresas tienen acceso a estos bonos. Hasta que la balanza comercial no mejore, es difícil prever una solución sostenible a corto plazo.

En conclusión, el sector de la calefacción en Argentina (como otras industrias que importan) enfrenta numerosos desafíos que requieren una estrategia equilibrada entre la producción local y la importación. Las empresas deben adaptarse a las condiciones económicas y políticas de cambios constantes, manteniendo siempre un plan B. La resiliencia de Argentina y la capacidad de adaptación son esenciales para sobrevivir en este entorno dinámico y complejo.

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