En el estreno de su séptima Copa América, Lionel Messi lideró a la selección argentina en el triunfo por 2-0 sobre Canadá. Si bien se quedó con las ganas de gritar un gol, la Pulga regaló algunos lujos y mostró su mejor repertorio en el segundo tiempo.
Como le sucede en cada presentación, Leo fue el principal foco de atención en la noche de Atlanta. Su presencia levantó a los espectadores que colmaron el Mercedes-Benz Stadium y cautivó a los niños que participan de la salida protocolar de los equipos y que acompañan a los jugadores en su camino al campo de juego y en la entonación de los himnos nacionales.
Dos de los menores aprovecharon la ocasión y, mientras el resto se alineaba para el momento de los himnos, le pidieron a Messi su autógrafo. El capitán accedió sin problemas y estampó su firma en la remera de uno de ellos, cumpliéndoles el deseo.
A la hora de la acción, el astro dejó varias de sus pinceladas. Promediando la primera etapa, habilitó a Marcos Acuña con un exquisito cambio de frente que inició una situación de gol. El arquero rival, Maxime Crépeau, salió a destiempo y el Huevo, tras controlar el balón, eligió un buscapié en lugar de un disparo al arco desde un ángulo cerrado. La pelota atravesó toda el área sin que nadie llegara a empujarla contra la red y el peligro se disipó tras un par de despejes de la defensa canadiense.
Minutos más tarde, probó de media distancia, pero su remate se fue por encima del travesaño.
Ya en el complemento, participó de la jugada que abrió el marcador. El rosarino frotó la lámpara con un pase en profundidad para la corrida de Alexis Mac Allister, quien anticipó al arquero y asistió a Julián Álvarez para que la Araña anote y rompa la sequía con el seleccionado: no metía un tanto con esta camiseta desde la semifinal del Mundial contra Croacia.
El reloj marcaba el minuto 64 cuando el Diez tuvo la primera de sus chances claras para convertir. Un pelotazo largo del Dibu Martínez lo dejó mano a mano con Derek Cornelius, al que le ganó en velocidad para luego rematar cruzado. El disparo fue atajado por Crépeau y el argentino tuvo revancha al capturar el rebote, pero su definición de emboquillada fue bloqueado por un rival.
A los 78, volvió a quedar cara a cara con Crépeau tras un despeje de Lisandro Martínez. Sin embargo, esta vez su toque sutil se abrió demasiado y la Pulga lo lamentó con el rostro pegado al césped.
Luego, por unos instantes causó preocupación al tener que ser asistido por un golpe en su tobillo derecho tras una infracción de Moise Bombito.
Messi iba a redondear su destacada actuación con otra intervención fundamental. En este caso, recibió en posición de enlace y filtró un pase para dejar a Lautaro Martínez solo ante Crépeau. El Toro definió con solvencia y puso el 2-0 que liquidó el resultado.
Antes de que el árbitro Jesús Valenzuela pitara el final, hubo tiempo para un tiro libre que generó expectativas y provocó la euforia del público, pero la ejecución se estrelló en la barrera.
“Tenemos la paciencia para tener la pelota, moverla de un lado a otro, hace mucho que lo venimos haciendo. A veces se hace difícil encontrar espacios y nosotros tenemos que intentar tener la paciencia y el control hasta tener nuestra oportunidad”, dijo Leo antes de abandonar el campo de juego.
El próximo compromiso de la selección argentina será el martes que viene frente a Chile desde las 22 (hora argentina).