Madrid, 21 jun (EFECOM).- El Gobierno va a suprimir el IVA del aceite de oliva desde el 1 de julio de manera temporal y lo incluirá permanentemente en el grupo de bienes de primera necesidad a los que aplica el tipo superreducido del 4 %, después de que su precio se haya triplicado desde enero de 2021 y su consumo haya caído un 20 %.
El Ministerio de Hacienda llevará esta medida al Consejo de Ministros del próximo martes dentro del decreto ley que prorrogará la rebaja de IVA a otros alimentos que terminaba el 30 de junio, según avanzó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no detalló por cuánto tiempo se mantendrá.
La supresión del IVA del aceite de oliva fue una de las medidas pactadas con Junts a cambio de su apoyo a la convalidación del decreto anticrisis de diciembre que, entre otras cosas, ampliaba hasta el 30 de junio la subvención a algunos alimentos.
El Ministerio de Hacienda ha comunicado que el objetivo de esta medida es “proteger e incentivar el consumo del aceite de oliva, un producto saludable y cuyo precio se ha encarecido recientemente como resultado de la sequía, entre otros motivos”.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, explicaba hace unos días que el hecho de que en España la inflación sea más alta que en Europa tiene que ver con el consumo de alimentos que más se han encarecido, como el aceite de oliva.
Junto con el aceite de oliva, desde el 1 de julio se mantendrá suprimido el IVA para los alimentos básicos (pan, harinas, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales), y rebajado al 5 % para pastas y aceites.
Estas rebajas de impuestos están en vigor desde el 1 de enero de 2023, momento en que los otros aceites comestibles, la leche entera, las harinas o los huevos subían más del 30 % interanual, mientras que el queso se encarecía un 20 %; las patatas, el 19 %; el pan, el 13,5 %; la pasta, el 12 %; y las hortalizas frescas, el 11,5 %.
Los últimos datos de mayo reflejan ya una caída de precios respecto a hace un año del 17,8 % en el caso de los otros aceites comestibles, del 2 % para la pasta, del 1 % para las harinas, del 0,9 % para las legumbres y hortalizas frescas, y del 0,8 % para la leche entera.
No obstante, siguen subiendo las patatas (6,5 % interanual), los huevos ( 1,1 %), el pan y el queso (en ambos casos un 1,8 %).
Se mantiene la incógnita respecto a la extensión de otras medidas que afectan a la energía y que se pusieron en marcha para paliar el encarecimiento de estos productos tras la invasión de Ucrania en 2022.
Algunas ya decayeron, como la rebaja del IVA en la factura de la luz y el gas, en tanto que hay otras que expiran el 30 de junio, salvo que se decida su renovación.
Entre ellas, la prohibición de interrumpir por impago los suministros básicos de electricidad, agua y gas natural a los consumidores vulnerables, vulnerables severos o en riesgo de exclusión social, medida que arrancó en la pandemia y que se siguió manteniendo durante la crisis energética.
También caducan los descuentos adicionales en el bono social eléctrico y el denominado “bono de justicia energética”, cuyos beneficiarios tienen un descuento del 40 % en el recibo de la luz.
El Impuesto Especial de la Electricidad que se aplica en el recibo de la luz vuelve al 5,11 % y decae la limitación de la subida trimestral de la Tarifa de Último Recurso (TUR) de gas natural al 5 %.
Asimismo, acaba la TUR temporal que el Gobierno aprobó para las comunidades de propietarios con sistemas colectivos de calefacción y agua caliente, y la limitación del precio máximo de la bombona de butano a 19,55 euros.
Finaliza también la reducción del 80 % de los peajes eléctricos a la industria electrointensiva y la posibilidad de cambiar de potencia en un plazo menor a doce meses. EFECOM
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