El canciller alemán, Olaf Scholz, ha recibido este domingo en la sede de la Cancillería en Berlín al presidente argentino, Javier Milei, en una visita sin los honores militares habituales ni rueda de prensa conjunta.
El encuentro entre los dos líderes, de tendencias y estilos políticos claramente dispares, comenzó con la llegada de Milei en automóvil y una breve sesión fotográfica, en la que ambos se saludaron con un apretón de manos.
Durante la bienvenida, varias decenas de manifestantes protestaron frente a la Cancillería contra la visita mediante pancartas con lemas como “Fuera Milei”.
Sin embargo, de la reunión no se verá demasiado. La recepción con honores militares inicialmente prevista, habitual en la primera visita de cualquier presidente recién elegido, se canceló con poca antelación.
Según declaró el viernes el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, el motivo del cambio se debió a una petición del propio Milei. Asimismo, el portavoz habló de una “clara negativa del presidente argentino a dar una rueda de prensa”, por lo que la visita se limitará en principio a una hora.
Es probable que el diálogo entre el socialdemócrata Scholz y el autodenomidado “anarcocapitalista” Milei se centre principalmente en cuestiones económicas. Argentina posee grandes reservas de materias primas, como el litio, que Alemania necesita de manera urgente para llevar a cabo su transición energética.
Además, se prevé que también se centren en las estancadas conversaciones sobre un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el bloque comercial sudamericano Mercosur, formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
Milei, elegido con más del 55 % de los votos en las elecciones presidenciales de noviembre, llegó el sábado a Alemania para recibir una medalla de la Fundación Friedrich August von Hayek en la ciudad portuaria de Hamburgo, al norte del país.
El polémico mandatario recogió el galardón de la organización, que lleva el nombre del pionero austriaco del neoliberalismo, mientras cientos de manifestantes protestaban contra él en las inmediaciones de la sede de la entidad.
Alrededor de 200 simpatizantes asistieron a la ceremonia del galardón, entre ellos destacados políticos alemanes de derechas como Beatrix von Storch, legisladora del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
En su discurso, Milei adoptó un tono más bien moderado y se limitó a explicar su línea de reformas liberales radicales.
Desde que asumió el cargo en diciembre del año pasado, Milei ha realizado visitas oficiales a Israel, Italia y El Salvador. También asistió recientemente a la cumbre del G7 en Italia, así como a la conferencia de paz para Ucrania en Suiza.
Sin embargo, Milei se saltó por motivos ideológicos los viajes a importantes países vecinos, como Brasil y Chile, habituales para los presidentes argentinos recién electos.
En cambio, el político neoliberal se reunió en Estados Unidos con el jefe de Tesla, Elon Musk, visitó al expresidente estadounidense Donald Trump en la conferencia ultraconservadora CPAC e incluso apareció en un mitin para las elecciones europeas en España, invitado por el populista Santiago Abascal.
Allí despotricó contra el socialismo y fue celebrado como una estrella del rock. También tachó de “corrupta” a la mujer del presidente Pedro Sánchez, lo que provocó un escándalo diplomático entre ambos países. España le acusó de “injerencia en asuntos internos” y Milei rechazó la petición de disculpas públicas.
El escándalo con Sánchez hizo que no se reuniera con representantes del Gobierno ni con el rey Felipe VI. En su lugar, lo hizo, entre otros, con la presidenta regional de Madrid, la conservadora Isabel Díaz Ayuso, que le entregó una condecoración.