Sorprendente noticia la de este domingo. El gran duque Enrique de Luxemburgo ha anunciado el comienzo por sorpresa de su proceso de abdicación en una decisión que coloca a su hijo Guillermo como príncipe regente y preparado para asumir en octubre las funciones oficiales de gobierno.
“He decidido entregar la lugartenencia al príncipe Guillermo en octubre”, ha anunciado este domingo el gran duque Enrique, de 70 años de edad. “Con todo mi cariño y confianza le deseo de todo corazón un feliz mando. Miremos al futuro con optimismo, sabiendo que sólo juntos podremos lograr grandes cosas”, proclamó.
Guillermo, de 42 años, será proclamado Teniente Representante del Gran Duque -un papel similar al de un príncipe regente en Reino Unido – y asumirá todas las funciones tras jurar ante el Parlamento. Su padre, no obstante, mantendrá el título de soberano del país, que ejerce desde hace casi un cuarto de siglo de manos de su padre, el gran duque Juan.
En conversación con la radiotelevisión pública RTL, el primer ministro luxemburgués, Luc Frieden, ha reconocido que ya llevaba tiempo discutiendo la transición con el gran duque Enrique. “La medida cuenta con mi pleno apoyo”, ha señalado Frieden tras el anuncio. Si bien no ha dado motivos precisos para esta decisión, el primer ministro ha explicado que se trata de un procedimiento “tan normal como histórico”.