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Debate presidencial en Estados Unidos: Joe Biden y Donald Trump ajustan los detalles para evitar un paso en falso

Joe Biden y Donald Trump durante el último debate que protagonizaron en octubre de 2020
Joe Biden y Donald Trump durante el último debate que protagonizaron en octubre de 2020 (Pool/)

(Desde Atlanta, Estados Unidos) Joe Biden y Donald Trump se enfrentan mañana con su destino político, en un debate histórico que será protagonizado en los estudios de CNN. Biden y Trump asumen que un simple error puede implosionar sus sueños de poder que mantienen en vilo a los Estados Unidos.

El debate tendrá 90 minutos de duración, con dos cortes publicitarios, y reglas estrictas: sin público, ni asesores; con el micrófono cerrado al candidato que no tiene la palabra, y un tiempo máximo de dos minutos para contestar las preguntas de Jake Tapper y Dana Bash, los periodistas a cargo del debate.

Cuando terminan los dos minutos, se abrirá el micrófono del candidato silenciado para ejercer su derecho a réplica. Y 60 segundos después, el otro candidato que no podía opinar tendrá un minuto más para cerrar ese lance de la batalla política.

Así será la vida de Biden y Trump durante los noventa minutos del debate presidencial que iniciará mañana a las 21 en Atlanta (hora del este de Estados Unidos).

Anuncio sobre el debate presidencial entre Biden y Trump que protagonizarán en Atlanta (Georgia)
Anuncio sobre el debate presidencial entre Biden y Trump que protagonizarán en Atlanta (Georgia) (Megan Varner/)

Biden entrenó su estrategia de debate en Camp David, la sede de descanso de los mandatarios estadounidenses. El presidente de los Estados Unidos defenderá su programa económico, explicará su plan para frenar la inmigración ilegal que llega de México, insistirá con su defensa de los derechos civiles (el aborto, por ejemplo) y avanzará sobre las cualidades éticas de Trump, tras haber sido condenado por 39 hechos delictivos en un tribunal de New York.

En Camp David montaron un escenario parecido a los estudios de CNN en Atlanta, y allí Biden enfrentó a Bob Bauer, uno de sus asesores.

A diferencia de Trump, el presidente aceptó confrontar con un sparring que actuará como candidato republicano. Bob Bauer, un abogado de renombre que trabajó con Barack Obama, hará de Trump cuando Biden deba probar sus argumentos en una simulación de debate electoral.

Bauer ya fue Trump en la campaña demócrata de 2020, y lo contó en su libro de The Unraveling. Reservamos sesiones especiales durante las cuales se esperaba que yo fuera Trump en su peor momento; tan personalmente insultante y desquiciado como puede ser Trump”, reveló Bauer en su libro de memorias publicado hace pocos días en Estados Unidos.

Bauer reporta a Mike Donilon, el arquitecto político de la campaña de Biden. Donilon cree que el eje de comunicación debe ser la defensa de la democracia, una propuesta argumental que es matizada por prominentes figuras demócratas que no pertenecen al círculo cerrado de Biden.

“En Mike Donilon confiamos”, aseguró Ron Klain, ex jefe de Gabinete de Biden y consultor demócrata que prepara candidatos presidenciales desde la época de Bill Clinton.

Este debate presidencial será el más temprano en la historia de la nación y notablemente diferente de los que conocen muchos estadounidenses. Organizado por CNN en lugar de una comisión no partidista, se transmitirá simultáneamente en más de cinco cadenas, sin audiencia en vivo y sin declaraciones de apertura.

Los asesores de Trump esperan que el ex presidente mantenga su atención en los temas que se consideran ampliamente como las mayores vulnerabilidades de Biden (la inflación y la inmigración) y no se deje llevar por intercambios sobre sus falsas afirmaciones sobre una elección robada de 2020 y un sistema de justicia que, según él, está amañado en su contra.

El equipo de Biden ve una oportunidad para centrar la atención de los votantes demócratas e independientes, e incluso de algunos republicanos moderados, en cuánto más radical podría ser una segunda administración de Trump que la primera. Sin embargo, también se están preparando para que Trump ofrezca una actuación más disciplinada que en el primer debate de 2020, cuando tuvo una actuación caótica que se comparó con el “incendio de un contenedor de basura”.

Por su parte, Trump se está preparando para responder preguntas sobre las amenazas a la democracia estadounidense y su promesa de indultar a los alborotadores involucrados en el ataque del 6 de enero al Capitolio. Les ha dicho a sus asociados que enfatizará que abordará los indultos del 6 de enero “caso por caso” y distinguirá entre quienes cometieron violencia y quienes no.

Y después de pasar meses cuestionando la capacidad de Biden para soportar un debate de 90 minutos, y mucho menos desempeñarse al máximo nivel, Trump ha dado marcha atrás para intentar restablecer expectativas más altas.

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