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“El desafío de no comprar”: el método para ahorrar dinero que es furor en las redes sociales

Emprendedor concentrado en su laptop gestionando compras por internet, maximizando el potencial del trabajo a distancia gracias a una buena conexión online, reflejando la modernidad del home office. (Imagen ilustrativa Infobae)
El reto de no comprar ofrece una nueva oportunidad para reevaluar y modificar hábitos de consumo, y aunque inicialmente puede parecer difícil, sus beneficios a largo plazo son evidentes
(Imagen ilustrativa Infobae)

Tres mujeres, residentes de Brooklyn, San Diego e Inglaterra, han decidido embarcarse en un desafío personal de no comprar artículos no esenciales durante todo un año. Este reto, conocido popularmente como el desafío de no comprar”, se ha convertido en una tendencia importante en redes sociales, donde usuarios comparten sus experiencias y se apoyan mutuamente.

Elysia Berman, de Brooklyn, es una directora creativa de 35 años que decidió ingresar al desafío después de acumular una considerable deuda en su tarjeta de crédito debido a la compra de ropa de diseñador. Su propósito es claro: cambiar sus hábitos de gasto para pagar sus deudas. “No era como si quisiera desafiarme a mí mismo. Realmente estoy en una posición en la que este es el siguiente paso necesario para mí”, expresó Berman. Durante el reto, Berman ha prometido no comprarse ropa nueva, adquirir maquillaje y productos para el cabello solo después de terminar los que ya tiene y limitar sus salidas sociales a actividades con bajo costo.

El desafío de no comprar, que comenzó como un experimento en un blog dedicado a la elaboración de presupuestos y el gasto consciente, ha captado la atención de las redes sociales. Courtney Alev, defensora de las finanzas del consumidor de la compañía Credit Karma, menciona que este reto se intensificó tras el “gasto fatal” de la pandemia de COVID-19: “Son simplemente personas que intentan recuperar lo que ha sido un ciclo desenfrenado de gasto excesivo, para poder poner en orden su situación financiera y poder ahorrar dinero”.

Aunque el desafío está planeado para durar un año, los participantes han aprendido técnicas que los ayudarán a controlar sus finanzas más allá del reto
(REUTERS/Bing Guan/Foto de archivo)
Aunque el desafío está planeado para durar un año, los participantes han aprendido técnicas que los ayudarán a controlar sus finanzas más allá del reto
(REUTERS/Bing Guan/Foto de archivo) (BING GUAN/)

Amea Wadsworth, joven de 22 años de San Diego, también decidió unirse al desafío después de regresar a casa tras su graduación universitaria. Al comenzar su primer trabajo a tiempo completo, quería reducir su impacto ambiental y ahorrar dinero para su futuro. “Estoy siguiendo todo lo que gasto. Lo estoy escribiendo todo”, afirmó Wadsworth, quien anota internamente cada vez que quiere comprar algo, pero no lo hace, evaluando al final del mes la necesidad genuina de sus posibles compras.

En Inglaterra, Mia Westrap, una estudiante de doctorado de 26 años, dejó de consumir bebidas carbonatadas y otros gastos impulsivos mientras se esforzaba por ahorrar el equivalente a tres meses de alquiler. “Me di cuenta de que estaba gastando cuatro cifras solo en bebidas carbonatadas y Pepsi Max”, reconoció Westrap. Debido a las actividades sociales que implican gasto, decidió pausar sus citas para mantener sus finanzas en orden.

Participar en el desafío de no comprar no siempre es fácil. Berman, por ejemplo, tuvo recaídas comprando una nueva boina y un par de botas. Sin embargo, este proceso le ha ayudado a reducir sus gastos y a repensar sus prioridades financieras. “Mis hábitos de consumo han cambiado mucho gracias a esto”, asegura. Carrie Rattle, directora ejecutiva de Behavioral Cents, subraya que parte del éxito del desafío reside en combatir la necesidad de dopamina que genera cada compra impulsiva.

Pantalla de un celular y una computadora mostrando un carrito de compras en un sitio web de comercio electrónico, simbolizando la comodidad y versatilidad de comprar en línea. La imagen refleja cómo los consumidores pueden aprovechar ofertas y realizar transacciones seguras, tanto con débito como crédito, a través de diferentes dispositivos, resaltando la influencia del internet y la tecnología en las prácticas de compra actuales. (Imagen ilustrativa Infobae)
El reto conocido popularmente como el “desafío de no comprar”, se ha convertido en una tendencia importante en redes sociales, donde usuarios comparten sus experiencias y se apoyan mutuamente (Imagen ilustrativa Infobae)

Sabrina Pare, de 31 años y residente de Detroit, aborda el reto desde una perspectiva ambiental. Con un considerable número de seguidores en redes sociales, Pare promueve un estilo de vida sostenible y organiza intercambios de ropa para minimizar el consumo excesivo. “Si compras menos, es mejor para el planeta. El consumo excesivo es un gran problema en nuestra sociedad”, argumenta Pare.

Para reducir las tentaciones, algunos participantes han tomado medidas adicionales. Wadsworth evita comprar artículos físicos, pero se permite salir a comer ocasionalmente. Berman dejó de seguir a muchos influencers de moda y se tiñó el cabello a su color natural para evitar costosas visitas al salón. Por su parte, Pare se dio de baja de boletines que la tentaban a comprar ropa y productos para el cuidado de la piel.

Aunque el desafío está planeado para durar un año, los participantes han aprendido técnicas que los ayudarán a controlar sus finanzas más allá del reto. Berman espera pagar su deuda, comenzar a ahorrar e invertir, Wadsworth planea gastar en experiencias en lugar de en bienes materiales y Pare desea liquidar sus préstamos estudiantiles.

El reto de no comprar ofrece una nueva oportunidad para reevaluar y modificar hábitos de consumo, y aunque inicialmente puede parecer difícil, sus beneficios a largo plazo son evidentes.

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