En los últimos días, las tensiones entre los concursantes de los Cayos Cochinos han ido creciendo. La falta de alimento y enfrentarse a retos cada vez más complicados hace que estén más sensibles y, por tanto, que haya más tiranteces. Una de las relaciones que más se dinamitaba era la que hay entre Sofía Suescun y Marta López, y es por ello por lo que el programa les preparaba el Puente de la Concordia para ver si había posibilidades de reconciliación entre ellas.
El puente se centraba en tres palabras: falsedad, cruz y raya y decepción. Las que habían compartido tantas historias, comenzaban a discutir respecto a la figura de uno de sus compañeros: Abraham. Defendiendo que no era ningún tipo de traición el querer posicionarse a favor de una de las personas con más afinidad de la isla. Sofía, acusaba a Marta de haber formado una alianza con quien considera una enemiga: “Marta, ¿cómo puede ser que te posiciones con Olga siendo mi amiga? Menuda traición, yo respeto tu opinión, y creo que no fuiste justa en ese momento conmigo, me pareció egoísta por tu parte, y luego, no entiendo por qué lloraste”.
Marta, decepcionada, comentaba a Laura Madroño cómo se había quedado sin palabras y cómo sentía pena por el discurso de su compañera. Defendía que solamente quiso apoyar a Olga diciéndole que no le considera una víctima. Durante el desarrollo de la prueba, Marta le pedía a Sofía que dejara de utilizar la palabra “amiga” siendo muy rotunda con ella: “Borra la palabra amiga. Yo no quiero saber nada de ti”. Comentaba cómo había notado un gran cambio en la forma de actuar de Sofía, tachándole de ser superficial: “Parece que estás haciendo un anuncio de televisión, te veo que haces un anuncio. O sea, tienes como todo muy maquinizado”.
Sin esperar a llegar a ningún acuerdo, Marta daba a conocer su decisión respecto a si quería o no hacer las paces con su compañera de reality: “Te he querido mucho, pero hasta aquí hemos llegado”. Dándose la vuelta, abandonaba el puente y acudía al lado de Laura Madroño. Sofía, agradecía a la presentadora haberles dado la oportunidad de desahogarse, asegurando que le había ayudado a “tener todavía más clara mi decisión”.