“Ojos que no ven, corazón que no siente”. El Gobierno decidió ignorar la escalada en la presión de parte de Mauricio Macri a Javier Milei por la toma de decisiones. Después de las críticas por la coparticipación de la Ciudad y el duro informe de la Fundación Pensar, cerca del jefe de Estado aseguran que el líder de PRO no tiene ni la fuerza ni las herramientas para presionar, pero no responderán, sino que fingirán que todo sigue igual. “Que hagan lo que quieran, después tendrán que darles las explicaciones que correspondan a su electorado”, minimizaron las advertencias, cada vez más explícitas.
El PRO amenaza con complicarle la vida al Gobierno en el Congreso con la aprobación de las leyes y con empezar a marcarle la cancha al Gobierno con las medidas de la gestión con las que no estén de acuerdo. Pero cerca del jefe de Estado se exhiben totalmente despreocupados. Dijeron que no habían leído el informe de la organización que conduce María Eugenia Vidal, y hoy ningunearon el poder de fuego de Macri, en público como en privado. De hecho, no planean salir a responder oficialmente al reclamo. “No hace falta, está todo bien con Mauricio de parte de Javier”, dijo un importante asesor.
La decisión es plantarse ante el flamante presidente de PRO con un escandaloso silencio, por lo que habrá ni discusión, ni cruces, ni ofrecimientos al ex mandatario. Pero, deslizaron fuentes oficiales, sin inocencia, continuará la construcción de puentes “uno a uno” con los actores del partido amarillo que seleccionen según su conveniencia. “Hay que diferenciar qué es PRO y qué no”, sugirió un alfil violeta.
En la cúpula de LLA se muestran muy firmes en la postura de independencia total que sostienen desde la campaña. También, en la determinación a incorporar únicamente los cuadros de PRO que ellos quieran, en los lugares que ellos quieran (principalmente, segundas líneas, de las cuales la mayoría no responde a Macri).
Dicen, en cambio, que la máxima, última oferta que están dispuestos a hacerle a sus socios es la creación de un interbloque entre PRO y La Libertad Avanza, y el otorgamiento de la Presidencia a Cristian Ritondo. El tema se viene hablando desde hace meses y nunca llegó a concretarse porque los amarillos quieren bastante más (entre otras cosas, la presidencia de la Cámara que hoy ocupa el libertario Martín Menem). Y dicen que están lejos de cerrar con ese acuerdo. “Falta hablar muchas otras cosas antes”, lanzaron cerca del titular de la bancada, cercano al ex mandatario, que acaba de asumir con elogios a Mauricio Macri la presidencia del partido a nivel bonaerense.
La mecha de Mauricio Macri, que ya estaba corta, terminó de encenderse el domingo, cuando Milei usó la palabra “fusión” para referirse al futuro de la relación entre las tribus. El lunes, sin demoras, firmó el informe de Vidal; y ayer publicó un tuit con un pedido directo y abrupto por la coparticipación de la Ciudad que viene negociando su primo y delfín porteño, Jorge Macri, con el ministro de Economía, Luis Caputo. En Gobierno ningunearon el reclamo que, con los tapones de punta, escandalizó a todo el arco político ayer: “Hace dos meses Jorge y Toto (por Luis Caputo) habían hecho un acuerdo, quizá Mauricio no estaba al tanto”, deslizó un ladero presidencial.
En ese plano específico, más allá de la discusión de fondo, la postura del Gobierno es que la Ciudad ya cobró la parte que le correspondía por medio del impuesto de Ingresos Brutos, y que su plan es continuar goteando la coparticipación actual, pero sin pagar un solo peso de la deuda. “Quieren plata que ya cobraron por otro lado, no se las vamos a dar”, repiten.
Aunque Milei se ocupa de mostrarle sus respetos en público, por lo bajo, en su entorno se muestran muy críticos de Mauricio Macri. “Se está empezando a parecer a Horacio Rodríguez Larreta”, dijeron, en referencia al interés que, dicen, manifestó por tener cargos específicos (mencionaron los pedidos que hizo, por AFIP, AySA, Anses, Infraestructura, Innovación, Ciencia y Tecnología y la Inspección General de Justicia). Cerca del ex mandatario suelen aclarar que no buscan ravioles, sino mayor poder de decisión, aunque sin decir jamás de qué manera específica la manera en que esperan obtenerlo.
Confiados en el futuro de la administración libertaria, en la Casa Rosada descreen de una eventual necesidad de “ayuda” de parte de Macri y su tropa, donde vienen advirtiendo que los ofrecimientos aumentarán de precio si se aceptan en una situación de urgencia o crisis. En cambio, dicen que PRO está destinado a disolverse y sólo puede ofrecer actores sueltos que actúen por cuenta propia. ”Hace dos años que dejó de existir”, lanzaron, al tiempo que encumbraron a Patricia Bullrich, que pactó un cargo para sí misma junto a Luis Petri a pesar de las consecuencias que traería (y trajo) en la relación con Mauricio Macri.
Por ejemplo, se estaba discutiendo que ingresaran Paula Bertol a la Jefatura de Gabinete, pero por su relación personal con Guillermo Francos; Hernán Lombardi a Marca País, pero por el vínculo que creó con Karina Milei al acercarse después de las PASO por los actos proselitistas. El único ingreso que, admitieron, fue un gesto hacia Macri, fue la incorporación de Lucas Aparicio como segundo de Pettovello (y negaban los rumores que indicaban que lo corrieron de ese lugar).