El Impuesto sobre Sucesiones es un tributo que grava la transferencia de bienes y derechos cuando se reparte una herencia. Se calcula tomando el valor neto de los bienes recibidos, restando las deudas y los gastos vinculados al fallecimiento. Se trata de un impuesto es progresivo, lo que significa que la tasa impositiva aumenta con el valor de la herencia.
Su administración recae en las comunidades autónomas, por lo que cada comunidad tiene la capacidad de establecer sus propias deducciones y bonificaciones, generando disparidades significativas en la carga fiscal hereditaria. Por ejemplo, algunas regiones pueden ofrecer deducciones que disminuyen considerablemente la carga fiscal, mientras que en otros lugares la tasa puede ser considerablemente más alta. Por lo tanto, el coste de recibir una herencia no solo depende del valor del patrimonio heredado, sino también de la situación geográfica del fallecido.
Estas diferencias regionales generan un panorama dispar que puede llegar a dificultar la planificación financiera de los herederos, afectando la equidad del sistema tributario. Por ello, las variaciones en la carga fiscal han sido motivo de debate y análisis dentro de la política fiscal española.
Impuesto de sucesiones en Cataluña
Cataluña es de las comunidades que tiene los tipos más altos de toda España. Sin embargo, también cuenta con grandes bonificaciones que, en muchas ocasiones, permiten a sus ciudadanos librarse de pagarlo.
Los cónyuges tienen la posibilidad de beneficiarse de una bonificación del 99% en la cuota tributaria del impuesto sobre sucesiones. Los demás contribuyentes pertenecientes al primer y segundo grado de parentesco (sin contar a los cónyuges) pueden aplicar una bonificación basada en un porcentaje medio ponderado, que dependerá de la cantidad heredada.
Por ejemplo, los ascendientes y descendientes (grupo 1) obtienen una bonificación del 99% para herencias de hasta 100.000 euros y para la parte de la base imponible que excede los 100.000 euros y hasta los 200.000 euros, se aplica una bonificación marginal del 97%. Para los que hereden más de 200.000 euros, se aplica una bonificación del 98% y para el resto hasta los 300.000 euros, una bonificación marginal del 95%. Se pueden consultar las tablas completas en la página web de la Generalitat.
Según los datos oficiales del Departamento de Economía. De los 136.000 catalanes que debieron pagar impuestos por recibir una herencia en 2022, el 74% pagó menos de un euro. De los 36.000 catalanes que sí realizaron algún pago, aproximadamente 27.200 abonaron menos de 10.000 euros, y de estos, la mitad pagó incluso menos de 1.000 euros.
Comunidades autónomas donde menos se paga
Los partidos políticos, inmersos en una campaña continua, aprovechan la fiscalidad como arma electoral. La eliminación de impuestos causa grandes desigualdades entre las comunidades y suele desencadenar disputas fiscales. De hecho, la competencia fiscal no es nueva, ya que lleva más de una década en marcha. En regiones como Baleares o la Comunidad Valenciana este impuesto está completamente suprimido.
Otras cinco comunidades casi lo han suprimido: Cantabria, Madrid, Murcia, Andalucía y Castilla y León cuentan con deducciones del 99% para los parientes de primer grado. Las diferencias en algunos casos son tan significativas que puede haber desajustes de hasta 100.000 euros en función de la comunidad en la que herede un contribuyente.
En La Rioja o País Vasco, solo se paga si la herencia excede los 400.000 euros y en territorios como Aragón, Andalucía o Castilla-La Mancha existen distintas bonificaciones y deducciones.
