El naufragio de un cayuco el pasado lunes frente a las costas mauritanas deja un balance de 89 personas migrantes muertas, cuyos cuerpos fueron recuperados, otras 70 desaparecidas y 9 personas rescatadas, informó la estatal Agencia Mauritana de Información (AMI). La embarcación, de gran tamaño y generalmente utilizada por pescadores, se hundió cerca del pueblo de N’diago, localidad costera ubicada al sur de Mauritania, junto a la frontera con Senegal.
Según la AMI, se recuperaron 89 cuerpos y los guardacostas mauritanos rescataron a 9 personas con vida, incluida una niña de cinco años. Citando palabras de los supervivientes, la agencia informa de que la embarcación en cuestión había partido de la frontera senegalo-gambiana hace seis días rumbo a Europa, con 170 migrantes africanos clandestinos a bordo.
Aún no están del todo claras las causas del accidente pero, según ha informado el diario español El País, los familiares de las víctimas aseguraron haber recibido avisos de que se había producido un incendio a bordo. No se trata de la primera vez que el fuego se propaga en un cayuco, que va cargado con cientos de litros de combustible para completar la travesía.
El medio español también ha afirmado que entre los fallecidos hay personas de al menos cuatro nacionalidades: 14 senegaleses procedentes de Mbour, guineanos, gambianos y malienses. Desde hace varios días que los familiares de las víctimas de la zona de Koutouninkoto, en la región maliense de Kayes, trataban de obtener información sobre la suerte de sus seres queridos.
Los ocupantes del cayuco siniestrado son en su mayoría senegaleses y gambianos que partieron de las costas de Senegal y probablemente se dirigían hacia las Islas Canarias, informó a la agencia EFE una fuente de seguridad de la zona.
Las Islas Canarias, en España, se encuentran a 100 km de la costa norte de África, en su punto más cercano. Pero muchos barcos, a menudo largos barcos de madera conocidos como piraguas, parten de lugares mucho más lejanos, como Marruecos, el Sáhara Occidental, Mauritania, Gambia y Senegal, según el medio británico The Guardian.
Las temibles condiciones con las que viajan los migrantes hacen que el peligro se acreciente. Se trasladan en embarcaciones sobrecargadas, a menudo no aptas para navegar y sin suficiente agua potable. Y en su viaje, deben enfrentarse a las fuertes corrientes que atraviesan la ruta del Atlántico, que ha crecido en popularidad debido a la mayor vigilancia en el Mediterráneo, según ha informado The Guardian.
Hasta junio, llegaron a Canarias de manera irregular más de 19.000 personas, el triple que en 2023 en el mismo periodo, y el gobierno canario teme que 2024 termine ampliamente por encima del récord de 40.000 del año pasado.
El gobierno de las islas españolas estima que hay unos 300.000 subsaharianos esperando en Mauritania para intentar llegar a Canarias.
El medio británico ha asegurado que solo en los primeros cinco meses del año, más de 5.000 inmigrantes murieron en el intento de llegar a España por mar, el equivalente a 33 muertes por día, según Caminando Fronteras, una organización benéfica española. Se trata de la mayor cifra diaria de muertes desde que se empezaron a recopilar cifras en 2007, y la gran mayoría ocurrieron en la ruta del Atlántico.
Recientemente, José Manuel Albares, el ministro español de Asuntos Exteriores, viajó tanto a Senegal como a Gambia para reforzar la cooperación en materia de control migratorio y el diálogo político con las autoridades
Por su parte, la Unión Europea prometió a Mauritania a comienzos de año una ayuda financiera por valor de 210 millones de euros para hacer frente a la migración y poder proporcionar ayuda humanitaria a los migrantes. El acuerdo se produjo en medio del repunte de las llegadas de migrantes a Islas Canarias.
(Con información de EFE y Europa Press)