(Bloomberg) — La clase política francesa respira aliviada tras unas turbulentas elecciones parlamentarias y se enfoca ahora en una crucial fase de negociaciones para formar un nuevo gobierno.
El lunes, muchos de los nuevos legisladores de la alianza de izquierda que quedó primera en la votación del domingo se afanaban en contratar asesores e instalarse en sus despachos de la Asamblea Nacional. El presidente Emmanuel Macron se reunió con legisladores de su partido mientras representantes de todo el espectro político hacían balance de la situación.
La decisión de Macron de convocar elecciones anticipadas tras una aplastante derrota ante la extrema derecha en las elecciones europeas del mes pasado le ha costado el control del Parlamento francés. Pero con la cámara baja dividida entre tres bloques antagónicos, no está claro quién podrá liderar el próximo gobierno.
Con 178 de los 577 escaños, los izquierdistas del Nuevo Frente Popular podrían dar el primer paso y el senador Yannick Jadot, señalado como posible primer ministro, declaró a Franceinfo que el grupo aspira a designar un candidato en los próximos días.
“Propondremos un gobierno esta semana”, declaró Jadot, quien representa a los Verdes dentro de la agrupación de izquierda. “Necesitamos un primer ministro que sea consensuado dentro de nuestro grupo, que traiga la calma al país, que pueda encontrar mayorías en torno a número de reformas importantes que el país necesita”.
El problema es que el candidato necesitará ganarse el apoyo del grupo de Macron y sus 156 miembros en la Asamblea Nacional. Ambos grupos, o al menos parte, deberán acercarse lo más posible a la cifra mágica de 289 votos, la mayoría requerida para aprobar una ley.
Eso presionará al Nuevo Frente Popular, que también incluye a los socialistas y al partido de extrema izquierda Francia Incólume. Jean-Luc Melenchon, el líder de ese partido, es muy reacio a seguir cooperando con los centristas de Macron; el sentimiento es mutuo.
Sin embargo, los dos grupos coordinaron su estrategia para la segunda vuelta del domingo, desechando las candidaturas más débiles para evitar dividir el voto. El posicionamiento táctico empujó a la extrema derecha de Marine Le Pen al tercer puesto, con 143 escaños a pesar de liderar a nivel nacional tras la primera ronda.
Es probable que las próximas negociaciones pongan a prueba a todas las partes implicadas mientras consideran los compromisos necesarios para formar un gobierno que funcione.
En una señal de las tensiones que aún están por llegar, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, quien parece dispuesto a separarse del partido de Macron para montar su propia aventura presidencial en 2027, se reunió por separado con legisladores del partido del presidente. Gabriel Attal, el primer ministro de Macron, de 35 años, también ha querido subrayar que no fue decisión suya convocar elecciones anticipadas, sino únicamente de Macron.
Otra solución sería reunir a legisladores de centro-derecha y centro-izquierda para gobernar. Eso reflejaría en realidad el giro a la derecha de Macron. Desde que perdió la mayoría absoluta en la Cámara Baja en 2022, a menudo ha aprobado leyes gracias al apoyo de los conservadores.
Xavier Bertrand, jefe de la región de Hauts-de-France, en el norte del país, declaró a Bloomberg que una coalición de este tipo podría abordar cuestiones como el orden público, el costo de la vida y los servicios públicos, que están en el centro del descontento de los votantes.
“Una gran mayoría de los franceses está enfadada”, dijo, posicionándose posiblemente como aspirante a primer ministro. “Lo que realmente necesitamos es gente que intente unirnos, sean cuales sean nuestras diferencias. Hay cosas más importantes que los partidos políticos”.
Agnes Pannier-Runacher, vice ministra de Agricultura, propuso una solución similar y dijo que el partido del presidente tiene que reconocer que la alianza de izquierda le ayudó a evitar una victoria de la extrema derecha. Aunque no estén de acuerdo en muchos temas, Macron tiene que reconocerlo, dijo.
“Sé que un cierto número de los que votaron por mí lo hicieron para bloquear la Agrupación Nacional”, dijo Pannier-Runacher el domingo por la noche. “Sé que esta causa era muy importante para mucha gente y quiero darles las gracias. Me siento responsable ante estos votantes”.
El lunes ofreció un momento de respiro tras una campaña que incluyó manifestaciones en las calles y que borró miles de millones de euros del valor de los mercados financieros franceses. Pero seguía existiendo la sensación de que Francia aún está en la cuerda floja.
“Los acuerdos y arreglos electorales entre Melenchon y Macron han impedido que obtengamos una mayoría”, dijo Jordan Bardella, el presidente de la Agrupación Nacional de Le Pen. “Veo muy difícil que Macron pueda seguir adelante durante tres años en esta situación, con todo bloqueado”.
Un miembro del Partido Socialista bromeó diciendo que si la situación parece demasiado tranquila, el presidente podría nombrar a Melenchon primer ministro para agitar de nuevo las cosas.
Nota Original: France Takes Uncharted Path as Snap Election Delivers Deadlock
–Con la colaboración de James Regan.
More stories like this are available on bloomberg.com
©2024 Bloomberg L.P.