“Esta camiseta me la regaló el mismo chico que me regaló la de Malasia 97, o sea que se ve que tiene colección de camisetas mías, así que le agradecí”. Lionel Scaloni responde preguntas en conferencia sobre su equipo, que acaba de consagrarse bicampeón de América en Miami tras derrotar a Colombia en tiempo suplementario. No tiene puesta la chomba de la Selección con la que dirigió sino que lleva la camiseta alternativa con la que Argentina disputó el Mundial de Alemania 2006 en el que formó parte de la lista. Detrás de su indumentaria existe un hilo que ató su primer extremo en Qatar.
A Tomás Calvo la mayoría lo conoce por su apodo, “Chispa”. Este coleccionista de camisetas, hincha de Nueva Chicago, fanático de la selección argentina y amigo de Germán Pezzella fue quien tuvo el privilegio de obsequiarle en mano al DT aquella casaca noventosa con la que levantó la Copa del Mundo. Y ahora, como para no perder la costumbre, viajó a Estados Unidos, presenció todos los partidos de la Albiceleste, se coló en el campo de juego y le ofrendó otra insignia emblemática para él.
“El chabón no lo podía creer cuando vio la camiseta, me dijo ‘no, ¿otra vez?, ¿qué hacés, loco? Esta no me la dejás ni en pedo, eh’. Pero me negué y se la dejé porque ya es cábala y las cábalas están para cumplirse. El tipo estaba super agradecido, chocho, re contento”, le contó Chispa a Infobae, a un año y medio de haber grabado un video durante la celebración de los hinchas argentinos en el estadio 974 de Doha luego de conseguir la clasificación a los octavos de final del Mundial ante Polonia.
Esa vez Chispa llevaba puesta la camiseta alternativa del 97, que Scaloni había usado en el Mundial Sub 20 de Malasia. El hincha se la puso a partir del segundo partido tras el frustrado debut ante Arabia Saudita y ya no volvió a sacársela en los siguientes, hasta que encontró al técnico en Lusail y cumplió su promesa: “Si pasa lo que ya sabemos que tiene que pasar, se la entrego en mano”.
En Lusail no solamente se dio el lujo de entregarle en mano su reliquia y ver cómo todos los portales del mundo fotografiaban a Lionel Scaoni con la Copa del Mundo y la camiseta puesta que él le había dado sino que además se quedó con un objeto invaluable: el DT se sacó en ese preciso instante la chomba con la que había dirigido la final contra Francia y se la obsequió. “No me olvido más. Se puso la camiseta que le di, se sacó fotos y me dijo ‘bueno, esa quedátela vos’. Yo la agarré rápido, por las dudas, ¿no?, y le contesté ‘¿seguro, estás seguro?’”.
“Él no creía que se la iba a regalar, sino que era más para la foto. Cuando me estoy yendo, me devuelve la camiseta y le digo que no, que era para él. Ahí empezó una charla increíble: ‘es tuya’, ‘no, es tuya’, ‘bueno, ¿me la puedo poner?’. Yo pensaba ‘¿en serio me está preguntando a mí si se puede poner la camiseta?’. Le digo que obvio, que haga lo que quiera porque era suya”, recordó.
En Miami, después de apretar y levantar el puño con el gol agónico de Lautaro Martínez, Tomás se escabulló para ingresar al campo de juego con la autorización de Pezzella. Se fotografió con su amigo para emular la proeza en Qatar y esperó el momento justo para acercarse hacia la posición del técnico, quien ya había tenido su instante íntimo de gloria con su familia.
“La casaca con la 13 la tenía guardada en mi museo. Realmente no sé si la usó Scaloni, sí que él usó una azul con la 13 en algún momento. Yo la compré en algún lote de utilería sin saber de quién era. Busqué y sé que (Leonardo) Ponzio también tuvo la misma. Pero, antes de que me maten los coleccionistas, quiero aclarar que para mí lo importante es lo simbólico, el valor que tiene el gesto y la cábala”, contó Chispa.
Él se ilusiona y proyecta a futuro. Aunque posiblemente esté cumplido el ciclo de Germán Pezzella, junto al de otros futbolistas campeones, Chispa sueña con la Copa del Mundo 2026 en la que tendrá que hallar otra camiseta para darle a Scaloni: “Esperemos seguir con las cábalas”.