El 7 de octubre de 2023, el grupo terrorista Hamas llevó a cabo un ataque devastador contra el Estado de Israel. Fueron secuestradas cientos de personas, incluidos bebés, niños, mujeres, ancianos, israelíes y extranjeros. Entre las víctimas se encontraban argentinos. Hoy, nueve meses después, muchos continúan secuestrados en condiciones inhumanas.
Hace ya varias semanas, las organizaciones “Club Náutico Hacoaj” y la “Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas D.A.I.A” ofrecieron la donación de un monumento a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -denominado “Tráiganlos a casa ya”- inspirado en la chapa utilizada por los familiares de los secuestrados para recaudar fondos y concientizar sobre la situación.
Para emplazar el monumento en la Plazoleta Sholem Aleijem, en el barrio de Almagro, presenté un proyecto de ley para que la Ciudad acepte la donación.
Este monumento simboliza la solidaridad internacional y el compromiso de nuestra Ciudad con la memoria de las víctimas del terrorismo y no es solo una pieza de arte: es un clamor mundial, un grito desgarrador y un pedido de justicia por aquellos que aún están secuestrados. El mensaje “Tráiganlos a casa ya” es un llamado a la unidad en la lucha contra el terrorismo y la defensa del derecho a la vida, sin importar origen o creencias.
La defensa de la vida y la lucha contra el terrorismo no admiten matices y la Argentina ya ha cristalizado su postura de manera firme: hace algunos días, el presidente Javier Milei designó a Hamas como grupo terrorista en una muestra de apoyo a Israel y las víctimas de su accionar. Y, desde la Ciudad Autonóma de Buenos Aires, este monumento también es una forma de decirle a esas familias que Buenos Aires no olvida, que Buenos Aires está con quienes aún se encuentran secuestrados y con sus seres queridos.
Esta semana se cumplen 30 años del atentado más brutal que sufrió nuestra ciudad y nuestro país: el ataque a la AMIA, en el que murieron 85 personas y resultaron heridas más de 300. Las cicatrices de ese ataque permanecen abiertas, y seguimos pidiendo justicia por las víctimas. Es oportuno y necesario unirnos a este homenaje, a este pedido desesperado por quienes siguen secuestrados, por sus familias, por las víctimas, por quienes ya no pueden pedir justicia.
La donación de esta obra y su emplazamiento representan un acto de memoria, solidaridad y justicia. La lucha contra el terrorismo no conoce fronteras y este monumento es un símbolo de ese compromiso; compromiso que va a seguir en pie hasta que aparezcan con vida, un compromiso que grita fuerte y claro: “Tráiganlos a casa ya”.
