El poco sueldo y las jornadas eternas junto con el mal trato por parte de clientes y empleados hace que sea casi imposible trabajar bajo unas condiciones laborales dignas en algunos locales de hostelería. Los camareros llevan años reclamando una mejora en el sector que nunca termina de llegar. Esto les hace sentir que los sueldos no sean suficientes para las largas horas de trabajo, lo que genera una insatisfacción profesional en los trabajadores.
Así, estas circunstancias negativas afectan tanto al bienestar físico como emocional de los empleados que, cada vez más quemados, saltan a la defensiva con facilidad y ven mermados su rendimiento y productividad.
Anabel Moreno es una camarera de un local de Cartagena y es una voz más que autorizada en el sector, ya que sus vídeos cuentan con miles de reproducciones. Y es que el pasado miércoles 17 de julio publicó un post en su cuenta de TikTok, @anabelmorenoruiz3, que ya cuenta con más de 15.000 visualizaciones.
Lo peor que ha hecho como camarera
Anabel tiene 492 seguidores en su cuenta de TikTok en la que publica diariamente contenido relacionado con su día a día en el trabajo: enseña los procesos de elaboración de los platos de su restaurante y comparte sus experiencias personales en el local.
En uno de los posts señala una de las peores cosas que ha hecho en su trabajo. Y es que, a pesar de que asegura que tiene don de gentes y que normalmente es muy carismática, a veces se exalta ante ciertas situaciones.
En primer lugar, explica que en el establecimiento cumplen distintas directrices para montar una mesa, en función de la comida que consuma el cliente. Esto es, cuando los clientes piden “comida más ligerita, no se les pone mantel”, sino que se les sirve directamente el plato en la mesa. Esto se debe a que al ser manteles de usar y tirar, supondría un presupuesto extra innecesario para un montadito.
Según narra, después de que un matrimonio adulto acudiese a su local y pidiera un montadito para comer, la mujer exigió que le pusiera un mantel. Ante eso, Anabel les aclaró que “para estas cosas no se ponen manteles”, pero aun así accedió a la petición de la mujer. Sin embargo, a pesar de que la camarera ya había cumplido con su petición, a modo de queja, la mujer adulta se lo comentó a su compañero también.
Pero no fue a parar ahí porque mientras Anabel estaba atendiendo a una pareja joven cerca de su mesa, asegura que escuchaba cómo se seguía quejando, ya que no entendía la costumbre del local. En consecuencia, Anabel se giró, dejando a los otros clientes con la comanda a medias, y le gritó: “¡Señora, ya! ¿No quería su mantel? Pues ahí lo tiene”.
Ante tal berrido, comenta que los clientes se quedaron estupefactos y la mujer se quedó sin palabras. Sin embargo, tal y como asegura en el vídeo: “Es de esas cosas que hice, que luego lo pensé, madre mía de mi vida, qué mal ha estado de mi parte”.
No obstante, en el vídeo que subió a la red social siempre encuentra apoyo en los comentarios, donde se leen comentarios en defensa del sector hostelero y su fuerza ante estas situaciones.