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María José salió a ‘cazar’ Pumas

El astro rey impactaba con todo fulgor a la 1:00 de la tarde sobre la polvorienta cancha del barrio Caracolí, en Floridablanca. La nube ocre que levantaba el agite futbolístico sobre el terreno se fue disipando de a poco, hasta que la ‘cola de caballo’ ondeando sobre la espalda de uno de los jugadores dejó ver claramente que aquella melena castaña era de la volante 10, la armadora del Talent Player. La única entre los 22 que se disputaban la pelota.

Los volantes de los ‘Pumas’ no despintaban a María José Acevedo, porque sabían que un descuido con ella les costaría caro. Sus piernas, más que deslumbramiento, causaban temor entre los adversarios del torneo contra quienes se batían en aquel escenario deportivo del sur de la ciudad.

Tenían esa certeza porque con escasos 16 recién cumplidos, la hija mayor de Mauricio Acevedo ya ha mostrado sus cualidades en escenarios internacionales, tal como lo hizo cuando con apenas 10 años causó asombro en el Miami Soccer Club, en la Florida, Estados Unidos.

Habrían de pasar un par de años más para una nueva convocatoria, esta vez rumbo a Barcelona, España, donde al ex arquero de la Selección Colombia, Óscar Córdoba, le bastaron 10 segundos para escoger a la niña en aquellos juegos en la Península Ibérica.

Con un inocultable orgullo, su papá recuerda los detalles.

“Cuando Córdoba los vio dijo que sin lugar a dudas ella tenía unos movimientos que le recordaban al Pibe: la calma, la forma en que hacía los pases, cómo tiene en la mente los espacios, las posiciones de los compañeros”.

Habla de ella sin extrañeza alguna de que su primogénito no sea varón. Es su hija orgullo.

“Muy temprano supimos que sería jugadora de fútbol; siempre prefirió los balones a las muñecas. Cuando estaba en transición nos llamaron del colegio a decirnos que debíamos ver bien lo que quería. Era muy diestra. Claro, pudo ocurrir algo de bullying, pero el talento hacía olvidar todo eso”.

Su palmarés también aumentaba jugada tras jugada opacando las pocas críticas, porque la magia la había lanzado por la senda de las canchas de fútbol.

“Cuando comenzó con las ganas de jugar, literalmente no había posibilidad de niñas en los equipos, entonces el profesor Josué Triana dijo que él la entrenaba, que ella tenía un talento natural que no había percibido en una niña.

 “Estaba en jardín cuando me llamaron a decirme -con complicidad de mi esposa- que tenía que cambiar las muñecas por balones”, ríe henchido de satisfacción.

“Entró a primero en La Salle y el profesor me confirmó lo que ya veíamos; nos dijo que le buscáramos una escuela, un entrenador. Insistió en que ella tenía algo que había visto  en muy pocos jugadores. Pues como en ese momento no recibían niñas en  ningún club, el profesor Triana asumió el reto de entrenarla. Desde entonces él la ha formado”.

Y empezó este sueño cuyos capítulos apenas dejan imaginar hacia dónde va María José.

María José logró el título el año pasado, en la categoría Sub-13, de los torneos municipales de la Liga Santandereana de Fútbol.

Llegó el momento

En sus primeros intercolegiados, confundida entre 320 muchachos, salieron a relucir sus dotes.

“Ahí la vieron. Un compañero del equipo de La Salle se había lesionado y le pidieron que lo supliera…”. Ahora es titular.

Habiendo ido un par de veces a la tierra de Piqué, retornó a América, a Miami, donde otro discreto caza talentos reparó en sus pases.

“Allá adelantamos algunos diálogos; también en España, pero vamos con calma, sin prisa, juiciosos con las cosas que quiere hacer. Este año termina once y ya se ve en Barcelona, lo ha repetido, su habitación está repleta de imágenes y símbolos que la tienen firme con el equipo que anhela”.

María José lo reitera a borde de cancha, sudorosa, tratando de arreglar su cabellera con una sutil vanidad que equilibra con el fútbol mezclada entre adolescentes de su edad.

“Yo sé combinar la vanidad femenina y el fútbol: noto lo diferente que soy maquillada, arreglada; soy otra con guayos y camiseta, sudorosa…

“Me veo en el Barcelona en unos años; quizá hasta juegue una Copa del

mundo con la Selección Colombia. De pronto me gano un balón de oro”.

Lo afirma sin falsas modestias. Por lo pronto porta el uniforme del Talent Player, con el que ha apuntalado sus deseos por los estadios, piensa en sus ídolos femeninos, Alexia Putellas Segura la centrocampista del Barcelona de la Primera División española, así como en Alexandra Patricia Morgan, Alex Morgan, media punta en el San Diego Wave de la National Women’s Soccer League, y de la selección de Estados Unidos.

Es obvio que Norteamérica abona las fantasías no solo con las aproximaciones de los caza talentos, sino porque allá fue subcampeona con el Miami Soccer en el 2018.

Terminan los minutos de hidratación para refrescar el sopor del mediodía en el desértico escenario de Caracolí, se alisa la cabellera, se pasa una toalla por su tierno rostro, mientras la abuela María Eugenia Fuentes la aupa.

Ella es una de sus más fervientes hinchas, la aguatera principal después del papá.

“Ya sabíamos cómo sería, desde que aprendió a hablar, a decir: muñecas no, balón. De hecho, aprendió a caminar detrás de un balón…”

De hecho sus movimientos, lejos de pasarelas, se han visto en canchas, en cortos, con los guayos bien atados, haciendo parte, además, de la Selección Santander Prejuvenil de Fútbol.

Al otro lado del mar están sus fantasías más cercanas, por lo pronto sigue trabajando, sudando, posando en Bucaramanga… Posando, porque hace un par de años su imagen rodó entre las bolsas y pocillos de la marca verde del chocolate que da energía, advirtiendo que ella, desde niña, es una promesa.

Sí María José, pero la fuerza la pones tú…

La entrada María José salió a ‘cazar’ Pumas se publicó primero en Q’hubo Bucaramanga.

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