Barcelona, 24 jul (EFECOM).- La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el conseller de Derechos Sociales, Carles Campuzano, han formalizado este miércoles con su firma el traspaso a Cataluña del Ingreso Mínimo Vital (IMV), tras años de negociación.
La firma se ha llevado a cabo de forma solemne con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, en la sala Torres García del Palau de la Generalitat, en Barcelona.
El traspaso del IMV ha sido una de las demandas clave del Govern en esta legislatura, primero por parte de la consellera de Derechos Sociales por Junts per Catalunya Violant Cervera, y con el conseller independiente en el gobierno de ERC Carles Campuzano después, quien finalmente la ha concretado.
Cataluña reivindicaba que, al igual que el País Vasco y Navarra, también tenía derecho a asumir la gestión y el pago de esta prestación en su territorio.
Paralelamente, los datos evidenciaban que el IMV apenas tenía incidencia en Cataluña y, así, en 2021, un año después de su creación, apenas había llegado a 12.000 hogares catalanes.
Desde entonces, esta prestación, que debería funcionar de forma complementaria a la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), que se otorga en Cataluña a personas con rentas bajas y que se creó por ley en 2017, no ha conseguido atajar la pobreza.
El IMV y la RGC han convivido en Cataluña ajenas la una a la otra y los posibles perceptores, muchos de ellos ignorantes de que pueden percibir las dos en caso de necesidad, se han visto inmersos en procesos muy difíciles y burocráticos para tramitarlas.
En el caso del IMV la principal dificultad estriba en que, mayoritariamente, sólo se puede tramitar a través de la sede electrónica de la Seguridad Social.
Este sistema digital, que supone un gran impedimento para muchas personas que no pueden pagar una conexión a internet, ha comportado que las entidades sociales deban dedicar una gran parte de sus esfuerzos en asesorar y tramitar directamente las solicitudes.
Desde Cáritas se ha indicado que “existe mucho sufrimiento en la tramitación de la RGC o el IMV. Están pensadas para que hayas de tener una gran formación y, cuando ya sabes cómo funciona, cambian las reglas y has de volver a comenzar. Si los mismos profesionales no sabemos a veces cómo hacerlo, ¿como podrá el resto de la ciudadanía?”, se han preguntado fuentes de esta entidad.
Finalmente, el acuerdo para el traspaso a Cataluña del IMV se alcanzó a finales del pasado 2023 entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president del Govern, Pere Aragonès, y la firma del convenio de traspaso se hizo en febrero de este año entre el conseller Carles Campuzano y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz.
El traspaso deberá permitir simplificar trámites, mejorar la eficacia y llegar a más personas que necesitan esta prestación, ha asegurado Campuzano, cuyo Departamento lleva meses trabajando en un modelo de ventanilla única.
Esta ventanilla debería facilitar a partir de ahora las gestiones a los ciudadanos a la hora de tramitar las dos prestaciones -IMV y RGC- en Cataluña y “evitar que las personas más vulnerables hayan de pasar por un infierno burocrático entre las dos administraciones”, según el conseller.
Hasta junio de este año sólo 12.529 perceptores de la RGC complementaban esta prestación con el IMV, según datos de la Generalitat. EFECOM
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