El aceite de orujo de oliva es una variedad menos conocida que el aceite de oliva virgen extra y que se obtiene del procesamiento del residuo de la producción de aceite de oliva, conocido como orujo. A pesar de ser un subproducto, este aceite ofrece numerosos beneficios para la salud, aunque también presenta algunas contraindicaciones que debemos conocer.
Beneficios del aceite de orujo de oliva
El aceite de orujo de oliva es una excelente fuente de ácidos grasos insaturados, particularmente ácido oleico, que constituye aproximadamente el 70-80% de su composición. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), el consumo de ácidos grasos insaturados en lugar de grasas saturadas puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (conocido popularmente como “malo”) y aumentar el colesterol HDL (el “bueno”), disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Aunque el aceite de orujo de oliva contiene menos antioxidantes en comparación con el aceite de oliva virgen extra, aún posee cantidades significativas de compuestos antioxidantes como los polifenoles y la vitamina E. Estos compuestos ayudan a combatir el estrés oxidativo y los radicales libres, protegiendo las células del daño y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y enfermedades neurodegenerativas.
Los compuestos bioactivos presentes en el aceite de orujo de oliva, incluyendo el ácido oleico y los polifenoles, poseen propiedades antiinflamatorias. La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard ha demostrado que estos componentes pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, lo cual es beneficioso para condiciones crónicas como la artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias.
El aceite de orujo de oliva puede contribuir a una mejor digestión y salud gastrointestinal. La ingesta de aceites ricos en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes ha sido asociada con una menor incidencia de enfermedades digestivas y una mejora en la función intestinal. Además, puede actuar como un lubricante natural, facilitando el tránsito intestinal y previniendo el estreñimiento.
Por otra parte, el consumo de este tipo de aceite, en el contexto de una dieta equilibrada, puede ayudar en el control del peso. Los ácidos grasos monoinsaturados pueden inducir una sensación de saciedad más prolongada, reduciendo la ingesta calórica total. Además, al ser un aceite que se utiliza comúnmente en la cocina mediterránea, su incorporación puede promover hábitos alimenticios más saludables.
Contraindicaciones del aceite de orujo de oliva
Una de las contraindicaciones del aceite de orujo de oliva es que es altamente calórico, como recoge la Fundación Española de Nutrición (FEN), pues una cucharada de aceite contiene aproximadamente 120 calorías. Por lo tanto, su consumo debe ser moderado, especialmente en individuos que intentan perder peso o controlar su ingesta calórica para prevenir el aumento de peso.
El aceite de orujo de oliva pasa por un proceso de refinación, por lo que se puede reducir su contenido de antioxidantes y otros compuestos beneficiosos. Además, durante dicho proceso, pueden formarse pequeñas cantidades de compuestos potencialmente dañinos, aunque en concentraciones generalmente seguras para el consumo humano.
Las personas que toman medicamentos para reducir la presión arterial o anticoagulantes deben tener precaución al consumir grandes cantidades de aceite de orujo de oliva, pues los efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular del aceite, si bien positivos, pueden potenciar los efectos de estos medicamentos y causar una caída excesiva de la presión arterial o aumentar el riesgo de hemorragias.