El cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, compareció el jueves 1 de agosto en una audiencia en una corte federal en Texas, donde enfrenta cargos relacionados con narcotráfico, blanqueo de dinero y conspiración para cometer asesinato.
Zambada llegó al tribunal en una silla de ruedas, escoltado por cuatro agentes, mientras otra decena de oficiales de seguridad vigilaban tanto el interior como el exterior del recinto.
El capo, de 76 años, fue detenido sin fianza y se ha declarado inocente de los cargos. La audiencia se centró en determinar si uno de sus abogados presentaba un conflicto de interés por haber representado previamente a su hijo, arrestado en 2013 y extraditado a Estados Unidos. Sin embargo, “El Mayo” expresó a la jueza su deseo de mantener a sus actuales abogados.
Otro tema crucial discutido en la sesión fue si Zambada será juzgado junto con otros miembros acusados del Cártel de Sinaloa en un juicio conjunto (Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán). El Departamento de Justicia deberá decidir en qué estado del país se llevará a cabo el juicio, considerando que las acusaciones contra Zambada se desarrollan en varios estados diferentes.
La detención de Zambada ocurrió el pasado jueves cuando, junto con Joaquín Guzmán López, hijo del famoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, fueron arrestados tras aterrizar en un avión privado en un aeropuerto en Santa Teresa, Nuevo México, cerca de la frontera con Texas. “El Güero Moreno”, como también se le conoce, también se declaró inocente.
Las capturas han desatado diversas teorías, como una posible traición de Guzmán a Zambada, incluso un secuestro al cofundador del cártel, o bien una negociación de hace tiempo para entregarse.
Jeffrey Lichtman, abogado defensor de Guzmán López, aclaró que su cliente no está acusado de secuestro y que las autoridades mexicanas no participaron en la operación ni tampoco el gobierno estadounidense había planificado la captura de Zambada. De acuerdo con las fuerzas de seguridad, los agentes que llevaban a cabo la detención desconocían que Zambada estaba en la aeronave, a pesar de que Estados Unidos ofrecía 15 millones de dólares por información que condujera a su captura.
La visita de sus hijos
La audiencia mostró la vulnerabilidad física de Zambada, quien llegó en silla de ruedas. El Mayo padece diabetes crónica además de gota; asimismo, ha trascendido que el capo padece cáncer y que había visto a un oncólogo días antes de ser capturado.
Por la noche del jueves, el periodista Luis Chaparro reveló otro dato importante de la audiencia, al publicar una fotografía de al menos dos de los hijos de Ismael Zambada.
“Dos de los hijos menores de El Mayo Zambada, desconocidos hasta ahora, estuvieron presentes en la audiencia de hoy en El Paso, acaba de confirmar hoy una fuente. Ambos llegaron escoltados por el FBI”, señaló. Poco después se supo que se trata de Serafín y Teresita Zambada Ortíz, sus hijos producto de su relación con Leticia Ortiz Hernández, una mujer 15 años menor que él.
En la imagen se puede observar a Teresita con cabello largo hasta la cintura, camisa negra, un pantalón de vestir color beige, tenis negros y lentes oscuros. Por su parte, Serafín llevaba un saco negro, jeans y tenis azules, así como unas gafas; cabello corto y barba de candado.
Serafín Zambada Ortiz, conocido como El Sera o El Flaco, nació en 1990 en San Diego, California. Es el hijo menor de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, y de Leticia Ortiz Hernández, una psicóloga.
Su infancia estuvo marcada por la violencia del narcotráfico, enfrentando situaciones traumáticas desde muy pequeño. Uno de los eventos más impactantes ocurrió cuando tenía apenas dos años, durante su fiesta de cumpleaños en Culiacán, donde un coche bomba estalló cerca, lo que obligó a su madre a mudarse a Phoenix, Arizona, en busca de un entorno más seguro.
A pesar de las dificultades, Serafín intentó llevar una vida normal. Asistió a la Universidad Autónoma de Sinaloa para estudiar agronomía entre 2011 y 2012, buscando alejarse de las actividades ilegales de su padre.
Sin embargo, en noviembre de 2013, fue detenido en la frontera entre Nogales y Tucson, Arizona, y extraditado a Estados Unidos, donde se declaró culpable de narcotráfico en 2014. Fue sentenciado a 66 meses de prisión, aunque solo cumplió 58, siendo liberado en septiembre de 2021. Desde entonces, ha mantenido un perfil bajo, beneficiándose de su nacionalidad estadounidense.
Por otro lado, Teresita Zambada Ortiz, nacida en 1993, es la hermana mayor de Serafín. Al igual que él, creció en un ambiente de violencia e inestabilidad, enfrentando eventos traumáticos que marcaron su niñez. Tras los ataques armados a su familia, su madre tomó la decisión de trasladar a Teresita y a Serafín a Phoenix para protegerlos.
A pesar de que hay poca información pública sobre su vida y estudios, es evidente que enfrentó desafíos similares a los de su hermano, buscando una vida normal en medio del caos que los rodeaba.
La historia de Serafín y Teresita Zambada Ortiz es un reflejo de los efectos devastadores del narcotráfico en la juventud y la familia, mostrando cómo la violencia puede moldear el destino de quienes se encuentran atrapados en este ciclo. Ambos hermanos han enfrentado situaciones complejas, y su experiencia es un recordatorio de las realidades a las que se enfrentan aquellos que crecen en un entorno tan tumultuoso.