Londres, 3 ago (EFE).- La ministra británica de Interior, Yvette Cooper, advirtió este sábado a los manifestantes de extrema derecha de que “pagarán” por la violencia en las calles y que la policía tiene el respaldo del Gobierno para tomar las medidas que sean necesarias, tras los disturbios en algunas ciudades de Inglaterra.
“El vandalismo no tiene cabida en las calles” y “no podemos tolerar este tipo de violencia o desorden criminal en nuestras calles”, afirmó Cooper en una declaración televisada, después de que las protestas se extendieran como respuesta al ataque el lunes con arma blanca contra menores en un centro recreativo de Southport, noroeste inglés, con la muerte de tres niñas.
En ciudades como Liverpool, Hull y Nottingham se han visto escenas de tensión después de que algunos seguidores de extrema derecha arrojasen ladrillos, botellas y sillas contra los agentes del orden, en una acción coordinada en Inglaterra.
“Hemos sido claros con la policía en el sentido de que cuentan con nuestro pleno respaldo para tomar las medidas más enérgicas posibles contra los perpetradores, lo que incluye asegurarnos de que haya más fiscales, suficientes plazas en prisión y también de que los tribunales estén preparados porque cualquiera que participe en este tipo de disturbios debe tener claro que pagará el precio”, agregó.
La ministra también indicó que ha estado en contacto con los diputados de todo el país, pero no pudo decir si el Gobierno laborista convocará el Parlamento, actualmente en receso de verano, para abordar los incidentes violentos de los últimos días.
En Stoke-on-Trent, cuatro personas fueron detenidas por iniciar disturbios y un hombre resultó herido tras ser golpeado con un objeto cortante, si bien no se estima que las heridas sean de gravedad, según la Policía de esa localidad del centro-norte de Inglaterra.
En Liverpool, noroeste de Inglaterra, las fuerzas del orden indicaron que varios agentes resultaron heridos durante un “desorden grave” en el centro de la ciudad.
En Hull, cuatro personas fueron arrestadas y tres agentes resultaron heridos durante una protesta en la que un grupo de personas atacó un hotel que alberga a solicitantes de asilo.
En varias ciudades se produjeron enfrentamientos entre manifestantes anti-inmigración y contramanifestantes, y la policía formó líneas con escudos antidisturbios para mantener separados a los grupos.
Los incidentes violentos empezaron en Southport el martes, cuando los manifestantes atacaron a la policía y prendieron fuego a un vehículo después del ataque en el centro recreativo.
Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, está acusado del ataque, pero se difundieron falsas afirmaciones a través de las redes sociales de que el joven era un solicitante de asilo que había llegado al Reino Unido en una patera a través del Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, el año pasado.
En Leeds, en el norte de Inglaterra, unas 200 personas caminaron por el centro de la ciudad y gritaban “detened los barcos”, en referencia a las pateras que cruzan el Canal de la Mancha, mientras que la policía del llamado Gran Manchester, norte inglés, también ha reforzado la seguridad en el centro de la ciudad.
Las protestas de hoy siguieron a una noche de violencia en Sunderland (noreste inglés), donde se incendió un edificio contiguo a una comisaría.
Cientos de personas se reunieron anoche en la plaza Keel, de Sunderland, muchas de ellas envueltas en banderas de Inglaterra, y corearon el apoyo de Tommy Robinson, fundador del grupo de extrema derecha Liga de Defensa Inglesa. EFE
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