El nuevo documental de Netflix, Dirty Pop: The Boy Band Scam, ha captado la atención de los aficionados al true-crime desde su lanzamiento. Sin embargo, una parte de las reacciones del público se han centrado recientemente en la manera que los creadores han decidido usar la inteligencia artificial para contar la historia. La serie en tres partes ha alcanzado la posición número 2 en el top 10 global de las series más vistas de la plataforma durante la semana del 22 al 28 de julio, según recoge Variety.
La serie documenta el meteórico ascenso y la caída de Lou Pearlman, un estafador reconocido por descubrir y manejar a emblemáticas bandas masculinas de los años 90 como los Backstreet Boys, NSync, O-Town, Take 5, y artistas como Aaron Carter y Brooke Hogan. Al verse envuelto en un esquema de Ponzi de $300 millones, Pearlman fue acusado de conspiración, lavado de dinero y declaraciones falsas, recibiendo una condena de 25 años de prisión, donde falleció en 2016.
El productor ejecutivo, Michael Johnson, comentó a Tudum de Netflix que los cineastas tenían un “enorme archivo” del cual extraer material, incluyendo archivos personales de Pearlman y relatos de su biografía de 2003, Bands, Brands and Billions: My Top 10 Rules for Making Any Business Go Platinum. Pero el equipo fue más allá, utilizando tecnología de inteligencia artificial para alterar digitalmente imágenes de archivo.
Aproximadamente tres minutos después del inicio del primer episodio, se muestra un fotograma de Pearlman en su oficina, y un descargo de responsabilidad indica: “Este metraje ha sido alterado digitalmente para generar su voz y sincronizar sus labios”. No se trata de algo que haya querido esconder la plataforma, sino al contrario.
El clip real de Pearlman ha sido manipulado para, como indica el rótulo que aparece en el capítulo, imitar movimientos de labios y corporales que coinciden con un actor de voz leyendo secciones del libro de Pearlman. Esta versión generada por IA aparece en varias ocasiones a lo largo de la serie, ayudando a narrar la historia. Los productores contrataron a expertos del MIT Media Lab, Pinscreen y Resemble AI para llevar a cabo estas alteraciones visuales y de audio, según recoge The Verge.
Desde su estreno, “Dirty Pop” ha sido ampliamente discutida en redes sociales y medios de comunicación. Muchos espectadores han expresado su sorpresa y, en algunos casos, su incomodidad con el uso de IA para recrear a Pearlman, argumentando que se borra una línea ética al manipular imágenes de personas fallecidas. Otros, sin embargo, consideran que esta técnica proporciona un método innovador para reforzar la narrativa documental.
Por su parte, el director de la serie, Tom Foster, mencionó en una entrevista con BuzzFeed que la decisión de utilizar IA fue una forma de “dar vida a la historia en primera persona”. Foster defendió el uso de esta tecnología, mencionando que permitió una conexión más profunda con el contenido del libro de Pearlman, dando a entender que le dio un toque mucho más dramático y novedoso.
No obstante, no todos comparten esta visión. Emily Waterson, una crítica de cine, comentó en Rolling Stone que, aunque la serie es fascinante, encuentra el uso de una recreación digital perturbador. “Es una revelación espeluznante y plantea preguntas sobre la integridad de los documentales en la era digital”, señaló Waterson.
El relato de la serie no se limita solo a escándalos financieros. El documental también aborda la vida personal de Lou Pearlman, sus relaciones con las bandas que representaba, y el impacto de sus acciones en las carreras y vidas de estos artistas. En algunos casos, miembros de estas bandas dieron testimonios directos sobre sus experiencias con Pearlman, revelando aspectos menos conocidos de la dinámica detrás del éxito y la gestión empresarial.
Por ejemplo, en una entrevista exclusiva para Entertainment Weekly, Lance Bass, ex miembro de NSYNC, describió a Pearlman como una figura casi paternal, pero también admitió sentirse traicionado al descubrir sus actividades fraudulentas. “Era complejo y contradictorio”, dijo Bass, “era alguien en quien confiábamos con nuestras carreras y futuros, y encontrar la verdad detrás de su fachada fue devastador”.