Rodeado de miles de personas en pleno centro de Barcelona, el líder de Junts per Catalunya Carles Puigdemont ha conseguido irrumpir en España, 2475 días después de su fuga. La incertidumbre era absoluta y no ha sido hasta las 9 cuando el líder independentista ha aparecido en un acto convocado por su partido en la plaza Lluís Companys, una hora antes de que se celebrase el debate de investidura de Salvador Illa.
“A pesar de que nos han hecho mucho daño, hoy he venido aquí para recordarles que aún estamos aquí, porque no tenemos derecho a renunciar”, ha proclamado desde el atril del escenario montado frente al Arco de Triunfo de Barcelona, consciente de que todos los focos le apuntaban a él.
“El derecho a la determinación pertenece a los pueblos. Nadie desde la política tiene derecho a arrebatar un derecho que es colectivo. El derecho de Cataluña a decidir libremente su futuro”, ha reivindicado, que ha recalcado que no es un delito realizar un referéndum.
“Hoy muchos piensan festejar que yo sea detenido y pensarán que el escarnio nos y os disuadirá; que para escarmentar vale la pena incumplir una ley aprobada por su parlamento”, ha añadido, para después afirmar que la amnistía debía servir, textualmente, “para devolver a la política lo que nunca tendría que haber salido de la política”.
Según Puigdemont, “ni es, ni era, ni será nunca un delito hacer un referéndum y obedecer el mandato del Parlamento de Cataluña”, en alusión al referéndum unilateral del 1 de octubre de 2017. ”De aquella victoria, surgió una represión feroz, que ha ido interfiriendo en nuestras vidas y en nuestras instituciones”, ha recalcado Puigdemont, que ha señalado que la ley de amnistía debía servir para “devolver a la política lo que nunca debería haberse ido de la política, pero a unos cuantos señores del Supremo esto no les gusta ni les conviene”. Puigdemont ha sentenciado: “En un país donde las leyes de amnistía no amnistían no nos interesa estar. Tienen un problema de naturaleza democrática.
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