En tan solo unos días, la imagen de Alberto Fernández, que ya estaba en franca caída desde el final de su gestión, terminó de derrumbarse luego de que se conocieran fotos, chats y videos de la ex primera dama Fabiola Yañez con moretones en un ojo y un brazo y de la panelista Tamara Pettinato intercambiando “te amos” en el despacho de la Casa Rosada. Pero ese derrumbe parece llevarse puesto a un sector político que estaba desde antes al borde del abismo.
El caso más grave, que es el de las agresiones físicas, habrían ocurrido entre el 2020 y el 2021, según la información que tiene en su poder el juez federal Julián Ercolini, quien luego de algunas idas y vueltas, también quedó a cargo de la denuncia por violencia de género que presentó la ex pareja del jefe de Estado. Es el mismo magistrado que está a cargo de investigar el otro escándalo, el de los negocios de los seguros, que tiene procesado al ex presidente y su círculo más cercano, compuesto de su secretaria privada, María Cantero, el esposa de ella y broker Héctor Martínez Sosa, y otros ex funcionarios.
Cuando Ercolini revisó el celular de Cantero, encontró una conversación en la que Yañez le compartía fotos de las lesiones provocadas por los golpes y capturas de conversaciones donde ella le recriminaba la violencia que descargaba en su contra. Ante esta situación, el magistrado se comunicó con la mujer para ponerse a disposición en caso de que quisiera hacer la denuncia correspondiente, ya que se trata de un delito de ámbito privado, por lo que solo la víctima puede decidir avanzar o no.
Si bien al principio se negó, días atrás la ex pareja del Presidente tomó valor y, desde España, donde se encuentra viviendo junto a su pequeño hijo, decidió acusar formalmente al ex jefe de Estado, lo que desató una fuerte repercusión política y abrió una causa penal todavía con final incierto.
Desde el actual líder de la Casa Rosada, Javier Milei, hasta su vice, Victoria Villarruel, e incluso su antescesora, Cristina Kirchner, pasando por los principales referentes de todos los sectores de la oposición, se expresaron públicamente tras conocerse las fotos en las que se ve a Yañez con varios moretones en el rostro y el brazo, y mensajes entre ella y Alberto Fernández, que no niega haberla golpeado.
Al mismo tiempo, salió a la luz un video en el que se ve al ex mandatario conversando con la conductora de radio Tamara Pettinato en lo que era su despacho de Balcarce 50, en el que ambos se confiesan mutuo amor.
Más allá de que esto implicaría una infidelidad por parte del dirigente peronista, si bien no se conoció la fecha exacta en la que se realizó la grabación, se sospecha que podría haber sido en plena cuarentena. De hecho, la joven ya fue investigada por presunto incumplimiento de las medidas sanitarias durante la pandemia del coronavirus.
“Yo tengo una causa penal por eso, por infringir las leyes de ese momento. La verdad, yo no hice nada ilegal, tenía permiso para circular. Hicieron una causa penal en donde metieron a todos, fueron metiendo a todos los que en la lista (de visitas a la residencia oficial) aparecían que habían estado en la Quinta de Olivos el año pasado”, contó tiempo atrás la propia mediática, en el programa PH-Podemos Hablar.
De acuerdo con lo que trascendió, en el expediente por supuesta violencia de género, lesiones y hostigamiento también se adjuntó como prueba otro video que lo tendría como protagonista al propio Presidente y que todavía no se difundió.
No obstante, la denuncia sigue su curso y, por sorteo, fue enviada al juzgado federal 10, que se encuentra a cargo de Ercolini, e intevierne el fiscal Carlos Rívolo, que también maneja la investigación por presunta corrupción con los seguros.
Mientras Alberto Fernández continúa recluído en su departamento de Puerto Madero, que en realidad es propiedad de su amigo Enrique “Pepe” Albistur, que se lo presta desde hace años, todo el arco político se hizo eco de la noticia.
“Las causas nobles en las que se embanderan como la igualdad de género, son una excusa para justificar sus negocios. Porque cuando vamos a los hechos, los de ellos siempre son buenos y los nuestros siempre son monstruos. No importa que haga cada uno. Ellos pueden golpear, maltratar, violentar, robar y cualquier otra atrocidad pintados de verde y mostrándose como aliados. Mientras que nosotros, que valoramos a cada individuo como un fin en sí mismo, somos los que venimos a cortar derechos, somos los violentos, etc. El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”, expres{o Milei en su cuenta de X.
Además, el Presidente también destacó que todo el caso se conoció gracias a una auditoría que originalmente hizo su Gabinete: “Y pensar que todo esto arrancó cuando la tan criticada Ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, denunció a la justicia las maniobras irregulares con los seguros durante el último gobierno kirchnerista”, recordó.
Luego de algunos días de silencio, Cristina Kirchner también se manifestó públicamente y, a través de un mensaje que publicó en esta misma red social, sostuvo que “la misoginia, el machismo y la hipocresía, pilares en los que se asienta la violencia verbal o física contra la mujer, no tienen bandera partidaria y atraviesan a la sociedad en todos sus estamentos”.
“Las fotos de la Sra. Fabiola Yañez con hematomas en su cuerpo y rostro junto a los chats publicados que revelan el diálogo entre ella y el ex Presidente, no sólo muestran la golpiza recibida, sino que delatan los aspectos más sórdidos y oscuros de la condición humana. Permiten comprobar, una vez más y dramáticamente, la situación de la mujer en cualquier relación, se desarrolle ésta en un palacio o en una choza”, agregó.
Sin embargo, intentó desentenderse del dirigente que ella misma eligió como compañero de fórmula para las elecciones del 2019 y consideró que ella también “ha sido objeto (y lo sigue siendo) de las peores violencias verbales y políticas, hasta la máxima experiencia de violencia física, como fue el intento de asesinato del 1 de septiembre del 2022″.
Su declaración va en línea con el comunicado de La Cámpora, que se solidarizó con Yañez y le adjuicó a Albertoi Fernánde “la violencia ejercida por él mismo contra Cristina, así como contra mujeres de su entorno cercano”.
En tanto, la actual vicepresidenta Vctoria Villarruel también habló del tema este domingo y opinó: “El kirchnerismo rascando el fondo de la olla y cargándose todas sus banderas con el impresentable de Alberto Fernández. DDHH, violencia contra la mujer, un ex presidente con una vida repugnante y todo eso mientras levantan el dedo de la moral para señalar a los demás”.
Por su parte, la diputada del PRO María Eugenia Vidal criticó que el ex gobierno haya usado “al Ministerio de la Mujer para cubrir sus propios delitos, mientras Alberto Fernandez violentaba a su pareja en la intimidad de su casa”.
La senadora Juliana Di Tullio fue una de las primeras dirigentes de Unión por la Patria en expresarse, en medio del revuelo que generó la presentación judicial de la ex primera dama. “Le creo a ella”, fue el breve mensaje que posteó en X.
Malena Galmarini, referenta del Frente Renovador y pareja del ex candidato a presidente Sergio Massa, compartió un comunicado de su partido. “No importa quién sea el agresor ni qué cargo haya ocupado, estamos del lado de la víctima”, afirmó.
El viernes, la Justicia ordenó el secuestro del teléfono de Alberto Fernández, al tiempo que también abrió una causa contra el líder piquetero Luis D´Elia por instigar el suicidio, luego de que este compartiera en las redes sociales un mensaje en el que le recomendaba “encerrarse en su cuarto” y “pegarse un tiro”. Después, compartió una captura de pantalla en el que, supuestamente, el ex jefe de Estado le pedía que escuchara su versión antes de que se matara.
Por el momento, quien hasta hace tan solo ocho meses estaba al frente de la Casa Rosada sigue en su departamento, donde anoche fue allanado y obligado a entregar su teléfono. Tiene prohibido salir del país mientras dure el proceso en su contra que, si finalmente lo encuentran culpable, podría terminar con otro ex presidente condenado, pero esta vez, por violencia de género.