Los triunfos de los deportistas son solo la punta del iceberg. En cada uno, existe toda una historia por detrás. El ‘Team Perú’, que cumplió su mejor presentación de los últimos años en unos Juegos Olímpicos, es la muestra más clara de ello. Varios representantes de la delegación nacional brillaron en París 2024, pero antes de lograr sus respectivas hazañas tuvieron que transitar por un camino bastante sufrido.
La mayoría coincide en prácticamente lo mismo: el respaldo del Estado no es suficiente para poder destacar en el alto nivel. Sin embargo, ellos lo hicieron. Pero más allá de los desamparos económicos con los que han lidiado por mucho tiempo, también han padecido dificultades personales, algunas más fuertes que otras.
Afortunadamente, ninguno tiró la toalla. Todo lo contrario. Se hicieron fuertes y hoy rebosan de júbilo por lo logrado en París 2024. A continuación, un breve recuento de la enrevesada senda que atravesaron Mary Luz Andía, María Belén Bazo, Stefano Peschiera, Evelyn Inga y Alonso Correa, quienes fueron las mayores revelaciones del equipo peruano en estos Juegos Olímpicos.
Mary Luz Andía, al borde de la muerte
Tiene 23 años, pero ya ha experimentado muchas adversidades que le han permitido tener la fuerza y mentalidad de una veterana. En medio del ciclo olímpico rumbo a París 2024, Mary Luz Andía quedó embarazada e increíblemente tuvo que ocultar su embarazo para no perder el apoyo que entonces tenía. En principio, consiguió su objetivo, pero luego el IPD le soltó la mano por problemas en la rendición de cuenta de Tokio 2020.
Eso no es todo. Después de dar a luz, le encontraron un tumor en el cuello y tuvo que ser operada. En medio de esa intervención peligrosa, casi muere. “Se olvidaron de ponerme el oxígeno después de la operación. Yo desperté y estaba sin oxígeno, o sea, casi me muero”, contó en una entrevista para este medio.
Asimismo, Andía también pasó por un momento muy complicado a nivel psicológico, pero consiguió sacar fuerzas de donde no tenía. “Uno puede entrenar y el cuerpo aguanta y tolera muchas cosas. Pero la mente es con lo que uno pelea todos los días”, dijo. Su hija ha sido su principal fuente de motivación en todo este tiempo y ahora se posicionó, contra todo pronóstico, entre las 12 mejores de marcha atlética. Superó, incluso, a Kimberly García en la prueba y mostró que está hecha para grandes cosas.
María Belén Bazo y una dedicatoria al cielo
Entró a París 2024 como reserva y terminó sorprendiendo a todos. Sucede que María Belén Bazo no estaba contemplada para competir en estos Juegos Olímpicos. No había logrado su clasificación. Y el año no pintaba nada bueno personalmente para ella.
En el mes de marzo, ‘Mabe’ perdió a su mami y sin ella físicamente, no pudo conseguir su boleto olímpico. Sin embargo, un regalo le cayó del cielo, como ella misma describe en su Instagram. Por cuestiones técnicas, Suiza decidió no mandar a su representante en el windsurf en la máxima cita deportiva y la velerista peruana era la primera en la lista de espera, por lo que finalmente se quedó con el cupo.
El resto es historia. Bazo, acompañada por su madre desde el cielo, protagonizó la mejor performance de su carrera en el mar de Marsella. De hecho, llegó a ubicarse entre las cuatro mejores del planeta, quedando a solo un pasito del podio. Tras ello, logró un meritorio diploma olímpico para el Perú, que se lo dedica especialmente a quien la alienta desde arriba.
Stefano Peschiera, de una vela volteada a ganar el bronce
Antes de la victoria, Stefano Peschiera experimentó numerosas derrotas. De ellas mismas aprendió. Y así lo demostró en estos Juegos Olímpicos. En Tokio 2020, su vela se volteó en el mar en sus primeras regatas y esto terminó afectando significativamente su participación. Pero no dio un paso al costado y en París 2024 se cobró su revancha. Lo que pasó ya se conoce.
El velerista peruano ganó la primera medalla del ‘Team Perú’ en 32 años y le dio una alegría enorme al país. Pero antes tuvo que batallar con el desamparo del IPD. Por ejemplo, en el 2022 brilló con el oro en los Juegos Suramericanos de Asunción a pesar de estar meses sin recibir un solo sol. “Probablemente es el mejor año de mi carrera irónicamente con el menor apoyo que he recibido en los últimos cinco años”, dijo entonces en una entrevista en El Comercio.
Toda esta situación lo llevó a meditar, incluso, el retiro del deporte. Afortunadamente, Peschiera fue integrado en el programa del IPD para los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y los Juegos Olímpicos París 2024. Así, pudo dedicarse al 100% a su disciplina y dio muy buenos frutos, ganando en Chile y subiéndose al podio en Francia. Hoy por hoy, con estas hazañas, no se sabe si continúa pensando en retirarse.
Evelyn Inga y su triunfo categórico sobre el hipotiroidismo
Es una auténtica campeona. Superó todos sus límites y hoy está dentro del top 10 mundial de marchistas. Se lo ganó a pulso. Con una enfermedad molesta, supo dar batalla y colocarse entre las mejores de la prueba femenina de 20km. Y por delante, todavía tiene un largo camino por recorrer.
“En el año 2017 me detectaron hipotiroidismo, creo que por tener una vida muy ajetreada, tuve ese problema y un poco de depresión porque el hipotiroidismo que me detectaron influía mucho en mi metabolismo y en el lado emocional. La enfermedad no me permitía tener un peso adecuado para el deporte”, contó en una entrevista para este medio.
Ni esa afección ni nada pudo detenerla. En la Plaza del Trocadero, marchó sin cesar hasta cruzar la meta en el puesto 8. Ese fue el primer diploma olímpico del Perú concretado en París 2024. Y trazó el camino glorioso para sus demás compañeros del ‘Team Perú’.
Alonso Correa y más de 35 mil soles invertidos para buscar la gloria
Desde Tahití, Alonso Correa hizo vibrar de emoción a todo el Perú. Y no es para menos. El surfista peruano tuvo la mejor performance de su carrera y aunque no era el favorito en las olas de Teahupo’o supo plantarse de la mejor manera ante cualquier rival y llegar hasta la semifinal de la competencia. Sin embargo, para poder competir en este alto nivel tuvo que hacer una fuerte inversión.
Antes de emprender su aventura en la Polinesia Francesa, el representante nacional tuvo que mandarse a hacer 12 tablas hawaianas valorizadas entre 700 a mil dólares cada una, lo cual representa un monto total aproximado de poco más de 35 mil soles. Y el IPD no pudo respaldarlo en este aspecto.
“Las tablas son caras, las pago con mi bolsillo. Me hubiera gustado que la Federación (Deportiva Nacional de Tabla) nos apoye con esto al menos, pero en este caso no se pudo. Vamos a ver si se ponen las pilas”, señaló en el programa Día D. Sea como fuere, llegó a pelear por una medalla y estuvo bastante cerca de conseguir la hazaña. Lamentablemente, la fortuna no estuvo de su lado en el día definitivo de la competencia.