La imagen de Carolina Marín llorando desolada en el suelo tras romperse el ligamento cruzado de la rodilla y los dos meniscos durante la semifinal de bádminton de las Olimpiadas de París frente a la china He Bing Jiao ha sido una de las más impactantes y conmovedoras de cuantas hemos vivido durante las dos semanas de competición. Y lo más duro de todo es que podría ser la última, ya que tras pasar por quirófano el pasado miércoles la onubense ha reaparecido en un vídeo en el que, abatida, deja en el aire una posible retirada.
Confesando que tiene “el alma totalmente destrozada”, Carolina ha reconocido que no sabe si volverá “a jugar al bádminton o a participar en unos Juegos Olímpicos”. “No sé si volveré a coger una raqueta. Necesitaré tiempo para recomponerme física y mentalmente” ha confesado.
“Estoy destrozada, no os puedo decir otra cosa, ha sido un golpe muy duro, necesitaré mucho tiempo, más de lo que las lesiones previas he necesitado” se ha sincerado con sus seguidores, revelando que a pesar de que la operación “afortunadamente ha salido muy bien pese a que ha sido la peor vez que me he destrozado la rodilla” la recuperación será larga y trabajosa no solo a nivel físico sino también anímico.
“No sé qué va a ser de Carolina Marín en un futuro, no sé si volveré a jugar, si volveré a coger una raqueta de bádminton, si volveré a disputar una competición o si volveré a unos Juegos Olímpicos, no lo sé. Ahora mismo es en lo que menos pienso, lo que más piensa mi cuerpo y sobre todo mi mente es tener paz y tranquilidad conmigo misma” ha admitido muy emocionada la triple campeona del mundo, dejando en el aire su continuidad en el bádminton.
Un desgarrador mensaje en el que, pidiendo “un poco de espacio” que agradecerá “eternamente” después de “los miles de millones de mensajes” y “todo el cariño” recibido en este durísimo trance, ha asegurado que aunque su “intención era volver a España con una medalla de oro y no la he podido conseguir”, sí ha logrado otra que es el inmenso cariño y el apoyo que ha recibido tras su lesión.
“Sé que no tengo que demostrar nada a nadie, era algo que quería demostrarme a mí misma. Ha sido el golpe más duro de toda mi carrera, no me lo esperaba para nada (…) Ha sido un golpe duro, sobre todo porque cuando vas con el objetivo tan en mente, todos los entrenamientos tan duros a los que hemos tenido que sobreponernos. todo ese esfuerzo de un deportista para conseguir su sueño, todas esas renuncias que un deportista tiene que hacer por conseguir su gran sueño, y de repente el mundo te para por una grave lesión” ha expresado. Un mensaje que ha terminado confesando que lo que necesita ahora es “rodearse de su familia, de sus amigos y de su gente” para “recomponerse poco a poco” de este golpe que ha puesto en jaque su carrera deportiva.