El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recuperó un tablero jeroglífico maya en la Zona Arqueológica de Cobá, Quintana Roo, cuyas inscripciones mencionan la fecha de fundación del pueblo Keh Witz Nal, “Montaña del Venado”, el 12 de mayo del año 569 de nuestra era.
El tablero también revela el nombre de un soberano, K’awiil Ch’ak Chéen, hasta ahora desconocido en la secuencia dinástica de Cobá, la “Ciudad de agua picada”, la cual tuvo una historia continua de 1,300 años (100 a.C.-1200 d.C.).
El tablero, compuesto por 123 jeroglíficos, fue encontrado a 160 metros de Nohoch Mul, la estructura piramidal más alta de la zona. Los jeroglíficos, dispuestos en una inscripción en forma de L y que cubren más de 11 metros cuadrados de roca, han aportado valiosa información sobre la vida en esta zona y el desarrollo cultural.
Este hallazgo fue parte de los trabajos del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), informó este lunes Diego Prieto Hernández, director general del INAH, durante la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El INAH ha tomado medidas para proteger y restaurar el tablero, señalado que ha sido afectado por factores ambientales. Se han llevado a cabo procesos de limpieza y la inyección de morteros de cal para resistir el deterioro de la roca, mientras que se ha registrado el texto glífico con alta precisión para futuros estudios epigráficos más detallados.
Cuál fue la importancia de Cobá
Cobá fue una de las ciudades más grandes y poderosas del mundo maya debido a su ubicación estratégica y su red de caminos, conocidos como sacbeob, que conectaban con otras importantes ciudades mayas.
Uno de los elementos más destacados de Cobá es su red de calzadas, que se extienden por más de 50 kilómetros, siendo el sacbé que une Cobá con Yaxuná uno de los más largos, con alrededor de 100 kilómetros.
Estos caminos facilitaban el comercio, la comunicación y el control político entre las diferentes ciudades de la región.
Cobá posee varias estructuras monumentales, entre ellas la Gran Pirámide de Nohoch Mul, que es una de las más altas de la península de Yucatán, con unos 42 metros de altura. Desde la cima de esta pirámide, se puede apreciar una vista panorámica de la selva circundante.
La importancia de Cobá en el mundo maya se debe a su rol como centro económico, político y religioso. La ciudad controlaba rutas comerciales vitales y tenía acceso a recursos naturales esenciales, como obsidiana y jade. Además, su influencia se extendía a través de alianzas políticas y matrimonios con otras ciudades-estado mayas.
Otras zonas beneficiadas por el programa Promeza
Además de Cobá, el Promeza ha beneficiado otras seis zonas arqueológicas en Quintana Roo. En El Meco, cerca de Cancún, se han concluido las tareas de investigación y conservación, restando solo la renovación de señalética e infraestructura. En Tulum, solo queda pendiente la extensión de cedularios a ciertos grupos arquitectónicos, mientras que en Muyil se han finalizado las labores de investigación y conservación, exponiendo 11 edificaciones antes ocultas.
Xel-Há también está en proceso de redescubrimiento, con la conservación de la pintura mural y la construcción de un Centro de Atención a Visitantes ya finalizados. En la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, se está finalizando la señalética y habilitación de senderos interpretativos. Por último, en el circuito Paamul II, se han encontrado soluciones para conciliar la preservación natural y arqueológica con la infraestructura del Tren Maya, incluyendo una nueva zona arqueológica y cuevas en el área.
La labor del INAH a través del Promeza no solo ha permitido nuevos descubrimientos, sino que también ha impulsado la conservación de importantes sitios históricos y culturales, enriqueciendo así el legado arqueológico mexicano.